Olga Ramos
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Los cambios drásticos de temperatura vuelven propicio el ambiente para el desarrollo de enfermedades respiratorias, por ello, es primordial el autocuidado de la salud, especialmente la de los más pequeños: recién nacidos, lactantes y preescolares y los adultos mayores que suelen ser los más vulnerables a éste tipo de patologías.
De igual forma las personas con asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), deben tener mayores cuidados debido a que suelen descompensarse con cuadros gripales.
La bronquitis, el asma y la neumonía comienzan a aumentar con el frio, los cambios de temperatura.
Para hacer frente a estos padecimientos se debe respirar por la nariz, en caso de obstrucción nasal es preferible usar una bufanda que cubra nariz y boca, respirando a través de ella o respirar con la boca entre abierta con la lengua hacia el paladar.
Evitar el exceso de calefacción y cuando se salga a la calle o a otro lugar más frio, abrigarse de manera de compensar el cambio de temperatura; asimismo evitar los lugares cerrados, con poca ventilación y con muchas personas como los “mall”, hospitales o lugares muy frecuentados.
No se debe abusar de los humidificadores (aparatos que humedecen el ambiente); ventilar las habitaciones al menos una vez al día y cerrar las ventanas antes del atardecer y no exceder el abrigo en los niños, ya que la sudoración también es perjudicial y produce enfriamiento.
En el caso realizar deporte al aire libre, es necesario preocuparse de utilizar la vestimenta adecuada para realizar dicha actividad, cubrir las vías aéreas y eliminar el exceso de sudor.
En la medida de lo posible, usar una pequeña toalla que ayudará a eliminar el sudor y así evitar su acumulación. Cabe destacar que al realizar deporte la temperatura corporal aumenta, por ello al dejar de hacerlo se debe uno cubrir con más vestimenta para seguir manteniendo más o menos la misma temperatura y así evitar los descensos bruscos.
