Por Daniela Morales Silva
El 5 de enero, Fernanda Corral tuvo por cesárea a su segunda bebé en el Hospital Materno Infantil, dos meses después presentó un dolor de estómago sin que ningún doctor pudiera dar un diagnostico certero, se le dijo que tenía gastro colitis, piedras en la vesícula y hasta un quiste en el ovario.
Fue una radiografía la que reveló que le habían dejado una compresa desde la cirugía de cesárea, el dolor no cesaba y además tenia anemia, por miedo a volver a vivir otra situación en el HMI fue que optó por acudir a un hospital privado donde se le realizó una cirugía, le quitaron un ovario y parte del intestino donde estaba la compresa.
Aunque salió bien de la cirugía, después, al ingerir alimentos, comenzó con vomitó, tras una tomografía se detectó que tenía una fugo en el intestino, por lo que de nuevo ingresó a quirófano para que le realizaran una ileostomía, ya que había un fuerte daño en los intestinos por la infección.
La cuenta, el hospital particular, ascendió a 340 mil pesos, cantidad con la que Fernanda y su familia no cuentan, dejaron un deposito de 100 mil pesos para que la pudieran dar de alta y las escrituras de la casa de sus papás como garantía de pago.
Ante lo sucedido, familiares y amigos de Fernanda alzaron la voz para, en una manifestación pacífica, exigir que el Hospital Materno Infantil se haga cargo de la cuenta de hospital, y más gastos que pudieran presentarse ante la comprometida salud de la joven madre.
Su primo, Joseph Elizalde, señaló que en ocho meses el hospital no se ha hecho responsable de la deuda que debe liquidarse en dos meses, “no quieren dar ni un solo peso, ya se acudió a hablar con el subdirector y la respuesta fue que un error lo comete cualquiera, que somos humanos”.
Precisó que la vida de Fernanda cambio drásticamente por ese error, no puede cargar a sus hijas, “está devastada, es otra persona”.