Felipa de Jesús Guerrero Martínez

Felipa de Jesús Guerrero Martínez  tiene 37 años en la docencia , egresó en 1983 de la Escuela Normal Rural Ricardo Flores Magón, en Saucillo ,Chihuahua, en 1997 al 2001  realizó una especialidad en educación a la par que estudiaba una maestría en la Universidad Pedagógica de Durango, en 2009 concluyó una licenciatura más en Innovación Educativa.

En 2014, durante el programa de carrera magisterial obtiene el promedio más alto a nivel nacional, por ello se le fue otorgado un reconocimiento en la Ciudad de México, el 15 de mayo de ese año, en presencia del presidente de ese entonces Enrique Peña Nieto.

A pesar de concluir sus estudios en el estado de Chihuahua fue enviada a ejercer la docencia al estado de Durango en el municipio de Santiago Papasquiaro, posteriormente la enviaron al municipio de Canalas, en ambos lugares estuvo frente a grupo.

Hasta 1997 que cambia su actividad a asesor técnico pedagógico, en el que apoyaba a las comunidades de la zona sierra y las quebradas en el área de escritura, lectura y matemáticas en Santiago Papasquiaro, Otáez, Canelas y Topia.

En 2008, con el cambio a la reforma educativa presenta un examen para la obtención de una doble plaza, y es asignada a la capital del estado en la colonia Arturo Gamiz y en la José Revueltas. Hasta el 2016 en el que presenta otro examen, en el que fue trasladada a laborar un año a la Laguna, regresando en 2017 como supervisora a la zona escolar N.7, en el que abarca las colonias de  División del Norte, Lucio Cabañas y la Náhuatl.

A pesar de que ama mucho su vocación, explica que en su etapa de maestra el reto más difícil que enfrentó fue la el cambio de la zona de las quebradas a la capital, porque en las comunidades el maestro es una figura importante, ya que logra que los padres se involucren y convierte a la escuela en un punto de reunión.

Cuando viene a la capital, se da cuenta de la descomposición social que viven los niños, en la que muchos tienen un ambiente complicado en casa, desde violencia familiar, maltrato, padres ausentes. Por lo que el reto más grande fue lograr que los estudiantes vean la escuela como un lugar seguro.

Entonces fue que entendió en que lo que había aprendido lo tenía que innovar, para involucrar en el aprendizaje de los niños la parte afectiva que no recibían en casa. Acción que al principio fue difícil, pero después al ver que sus alumnos la adoptaron y aprendían entusiasmados, fue su satisfacción.

Reconoció que son pocos los maestros que se niegan a apoyar de esta manera a los alumnos, aún así siguen siendo ellos los que de diferentes formas son parte importante en la vida de los niños.

Periódico Victoria le reconoce su destacada labor dentro de la docencia.

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