Por Daniela Morales Silva
Leonardo tiene 7 años, sufre de ataques de ansiedad y tiene otras características especiales, estudiaba el segundo grado de primaria en la escuela 18 de marzo, pero dejó de acudir debido a que constantemente era victima de bullying, se le agredía verbalmente, lo hacían que tirara su lunch, lo insultaban, lo ofendían y hasta llegaron a golpearlo.
Su mamá, Gisela González Soriano, denunció la nula intervención y atención de las autoridades de la primaria del turno vespertino que se ubica en el fraccionamiento Guadalupe.
El menor está siendo atendido, desde hace tiempo, con psicólogo y terapeuta particular y atención también en el DIF Estatal, pues en la escuela, quien se desempeña como maestra de Educación Especial no tuvo un buen trato con el niño por eso el menos no quiso volver con ella.
Leo lloraba en las noches, decía que se sentía preocupado, su mamá sabía que no era un tema familiar pues asegura que la dinámica en el hogar es buena, algo pasaba en la escuela que estaba siendo ignorado por maestros y directivos.
Hace 15 días el niño se cayó en clase de Educación Física y no hubo reporte de eso, el golpe estaba en su frente, justo arriba de la ceja, era grande y nadie lo comentó con la madre.
Fue llevado a revisión particular para descartar desprendimiento de retina, ya que Leo tiene una condición en sus ojos que lo hace propenso a esto.
“Yo siempre quise darles su lugar a los maestros, a la institución, ponerme en su lugar, no ser una mamá agresiva ni grosera, este no es el pleito de una señora verdulera”.
Hubo varias recomendaciones de los especialistas que fueron echas menos por la institución educativa, no atendieron el llamado a dar cuidados específicos al menor.
El pasado martes le llamaron para informar que Leonardo se había caído, otra vez se dijo que se cayó, pero el pequeño aceptó más tarde, en casa, que el golpe que tenia en el labio superior fue provocado por un compañero, le pegó con el puño, era el niño que siempre le hacía bullying.
“Tenía el labio negro, con partes rojas, la encía con sangre por el golpe de puño cerrado, eso no fue un accidente”.
La madre de familia expresó con preocupación este caso, su hijo ya ni siquiera quería salir al recreo, ni se juntaba con los niños, nadie pensó que esto fuera extraño, ni sospecharon del cambio de conducta.
“No se preguntaron por qué no quería salir al recreo, porque no convivía con otros niños, yo ya no quise discutir pedí la papelería porque yo ya no lo iba a llevar”.
Después de esta situación decidió no exponer a su hijo, sacarlo de la escuela, las autoridades rápidamente aceptaron darle la papelería, “se lavaron las manos”, se libraron de la situación y no tomaron medidas ante el acoso y los abusos que sufrió Leo.
“Esto le puede pasar a otro niño, es algo grave, hay muchos suicidios, niños con tendencia suicida y niños abusadores”.
González Soriano señaló que a raíz de que hizo publico su caso otras madres de familia le han mencionado que sus hijos también son victimas de bullying del mismo niño que maltrató a Leo, hizo el llamado a denuncien, que haya justicia y atención para ese pequeño.