Se les complica el pago a trabajadores
Daniela Morales Silva
La economía de la iglesia católica se ha visto lastimada debido a la pandemia del Covid-19, reconoció el padre Noé Soto, vocero de la Arquidiócesis.
“Nosotros prácticamente vivimos de lo que la generosidad de la gente nos comparte a través de las ofrendas que se dejan en las iglesias por los sacramentos”, expresó.
Es prácticamente ya un mes lo que las iglesias han estado cerradas, y en consecuencia no han entrado donativos, y de eso depende el cuidado y mantenimiento de los templos, el pago de agua y luz, así como del apoyo a trabajadores que son sustento de sus familias.
“Trabajan secretarias, sacristanes, personas de mantenimiento, a todos ellos les estamos dando sueldo, tienen su nómina, y seguro todo eso es un movimiento económico que se ha visto muy afectado, porque no hemos tenido ningún tipo de ingresos”, indicó.
Destacó que hay personas generosas que se preocupan de los sacerdotes y les apoyan para el mantenimiento de los templos, y gracias a ellos han logrado salir adelante.
“Desde luego que nos hemos visto afectados, como se ha visto afectada la mayoría de las personas en este tiempo de pandemia”.
El padre descartó la posibilidad de cierre definitivo de templos, pues buscarán la manera de que todas las iglesias sigan funcionando sin ninguna excusa, y menos que el pretexto sea lo económico.
Pero es en la situación de los trabajadores donde se torna un poco más complicado, por lo que esperan no tener que despedir personal, con el deseo de pronto reincorporarse, aunque sea con un mínimo porcentaje para volver al culto y obtener recursos para sostener los gastos.