🖊Opinión | 5 de Mayo de 1862: afirmación de libertad

La historia de México, como nación soberana, se ha escrito con el sacrificio de hombres y mujeres que se han atrevido a soñar y construir escenarios de libertad y de justicia; que osaron desafiar al poder colonial para forjar una patria propia y construir instituciones que garantizaran el ejercicio de las libertades que por origen y convicción deben disfrutar los pueblos libres. Nuestros precursores no lo lograron, pero sembraron la semilla independentista que surgió el 16 de septiembre de 1810 en la arenga del padre de la patria, que ese día desató la lucha armada contra el poder de la corona española. Fue en el fragor de las batallas y en la expresión documental de las ideas libertadoras de la patria en gestación, que en 1824 se crea el Estado mexicano. Pero no fue fácil consolidar el perfil de nuestro México; aunque los pueblos que habitaban el territorio de la nueva España querían la libertad y la independencia; los grupos de poder que asumieron como propios los privilegios de dominación desde los poderes públicos se opusieron a que los hombres y mujeres de pensamiento político liberal, lideraran los destinos de nuestro naciente país. Habíamos logrado nuestra independencia; pero no habíamos logrado descolonizar la mente de aquellos políticos lacayos que no se atrevían a encarar nuestro destino en la libertad, sin depender de poderes supranacionales – parafraseando a Frantz Fanon, ideólogo de la liberación de los pueblos africanos-. En este escenario, surgieron dos corrientes de pensamiento político divergentes: federalistas y centralistas; liberales y conservadores. Así ha sido desde entonces, la disputa por conducir nuestra existencia histórica.

En el escenario de aquellas disputas ideológicas, después de la guerra de tres años o guerra de reforma, derrotados los políticos conservadores fueron a humillarse a Miramar y a suplicar que viniera a gobernarnos un emperador; para ello se apoyaron en las bayonetas del ejército de Napoleón III. Al invadirnos el ejército francés, el presidente Juárez le encomendó la defensa de la patria al insigne federal Ignacio Zaragoza, quien preparó la heroica defensa en la Ciudad de Puebla. Así fue que el 5 de mayo de 1862, se libró la histórica batalla en la que el ejército mexicano derrotó al ejército francés dirigido por el Conde de Lorencez. Ese acontecimiento histórico es afirmación de libertad, no solo para los mexicanos, sino para todos los pueblos libres que se niegan a vivir bajo la dominación de cualquier poder extranjero. Por eso esta fecha la celebramos los mexicanos, pero también la celebra el pueblo de los Estados Unidos de América, que fue pionero en las luchas independentistas desde 1776.

Finalmente, quiero hacer una reflexión que destaca el espíritu de mexicanidad sobre los intereses sectario: nos dice la historia que cuando el Gral. Zaragoza estaba implementando su estrategia de defensa en Puebla, los generales conservadores Felipe Berriozábal y Francisco Lamadrid, se presentaron y se pusieron a las órdenes del general Zaragoza, para alinear sus armas en la defensa contra el ejército invasor. Ojalá que este ejemplo histórico inspire la conducta de los políticos de nuestro tiempo y alineen sus esfuerzos antes las instituciones gubernativas de la república, en esta pandemia que esta afligiendo a los mexicanos y al resto del mundo.

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