Una verdad comienza
a extenderse en la
comunidad científica: la
‘normalidad’ como la conocíamos
antes de marzo no va a regresar
mientras el virus continúe
existiendo.
El Covid-19 cambiará nuestras
vidas y también modificará las
prioridades del gasto de los
gobiernos.
Como no podremos quedarnos
en cuarentena por tiempo
indefinido ni salir en desorden
a contagiar o contagiarnos, hay
que encontrar opciones posibles.
Esta semana en Le Monde
se publicó el artículo más claro
que he leído sobre el tema, bajo
la firma de Maxime Vaduano,
Jeremie Barush, Adrian Sénécat
y Agathe Dahyot. A continuación
lo reseño, o más concretamente
hago una paráfrasis:
Una salida mal preparada de
la cuarentena podría reiniciar la
epidemia: buena parte de los que
están en casa serán fuentes de
contagio, aun sin saberlo, pues
la mayoría de las personas no
presenta síntomas. Si salen y
se mezclan con el resto de la
población, se va a relanzar la
propagación del virus. El Covid19 puede desaparecer de un
país, pero le va a llegar de otro
nuevamente.
Para desaparecer el virus
se cuenta con la esperanza de
que quienes lo han padecido
desarrollen anticuerpos. La otra
posibilidad es la vacuna, que
tardará cuando menos un año.
En este caso no sería necesario
vacunar a toda la población, sino
a un 60 o 70 por ciento para
crear lo que los autores llaman
“inmunidad grupal”.
La inmunidad, sin embargo,
puede ser efímera si el virus muta,
como ocurre con la influenza en
cambios estacionales.
Si no es posible eliminar
completamente el virus, la
tarea es reducir el número de casos graves y mortales, limitar
el periodo de hospitalización
para descongestionarlos, y usar
tratamientos de prevención
para reducir la carga viral en el
cuerpo de los pacientes y atenuar
su capacidad de contagios.
Si a todos o casi todos nos
va a dar y algunos desarrollarán
cuadros graves de la enfermedad,
hay que dilatar en el tiempo la
propagación de la epidemia.
Cuanto más se aplane la curva
de enfermos, habrá más espacios
liberados en las unidades de
terapia intensiva.
El aislamiento para aplanar
la curva no puede durar para
siempre. Por ello, exponen los
médicos franceses, en lugar
de alargar el confinamiento
por meses, se podrían alternar
periodos de aislamiento y retorno
a la normalidad.
La cuarentena volvería
a implantarse en cada brote
de la epidemia para limitar la
saturación de los hospitales. Los
especialistas lo llaman “parar y
seguir”. Esto, hasta que se haya
encontrado una vacuna o se
alcance la inmunidad grupal.
Pero como en las regiones del
mundo el clima y la intensidad de
la pandemia son distintas, habría
que limitar los viajes.
Otra alternativa es la
“contención dirigida”,
que implicaría tener en
confinamiento a los enfermos,
para evitar que transmitan el
virus. También a la población
con mayor riesgo de infectarse:
ancianos frágiles, embarazadas,
pacientes de otras enfermedades
respiratorias.
Podrían salir personas
inmunizadas que ya no son
contagiosas y aquellas con riesgo
mínimo, que tienen menos
probabilidades de desarrollar
gravemente la enfermedad.
Lo anterior provocaría serios
problemas sociales y psicológicos
al poner a personas durante
largo tiempo en confinamiento.
Además, ser joven y de buena
salud no garantiza que se esté
protegido.
También se puede usar el
“modelo surcoreano”: detección
masiva, aislamiento de personas
infectadas y monitoreo de sus
contactos.
Lo anterior supone
identificar a portadores del virus
que deben permanecer aislados;
personas no infectadas que están
potencialmente en riesgo, y
personas inmunes que podrán
salir.
Para ello, exponen, habría
que realizar millones de pruebas
y repetirlas con regularidad.
Mantener vigiladas a las personas
infectadas y entrar a rastrear su
cadena de contactos mediante
una aplicación móvil para, en su
caso, aislarlos.
Sea como sea y aunque se
levante la emergencia, habrá
que mantener medidas como
distanciamiento social. Las
grandes reuniones tendrán que
seguir prohibidas. El retorno a la
“vida anterior” será “una larga y
difícil pelea que implicará malas
noticias y decepciones”.
Hasta aquí el comentario y
paráfrasis de lo publicado en el
gran vespertino francés. Lo más
interesante y didáctico está en las
explicaciones mediante gráficos,
por lo cual dejo aquí la liga para
quienes deseen -y lo recomiendoverlo completo https://www.
lemonde.fr/les-decodeurs/
article/2020/04/07/les-enjeuxdu-deconfinement-expliquesen-schemas_6035827_4355770.
html
Moralejas y conclusiones
corresponden, por ahora, a cada
quien. Pero dentro de muy poco
será el centro del debate público.
🖊Opinión | ¿Cuándo volverá la normalidad?

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