🖊Opinión | Equidad machista

Un hecho, más allá del discurso políticamente correcto, las mujeres han representado la inferioridad de capacidades y fortalezas a lo largo de la evolución humana, el siglo XX fue el parteaguas para que la reivindicación de los derechos de género se manifestara en diversos ordenamientos jurídicos, al menos en el llamado mundo occidental.

Aunque mucho se ha avanzado legislativa y socialmente, las leyes no han sido suficientes para frenar las prácticas anacrónicas que subordinan y excluyen a las mujeres.

Particularmente en México, en muchos segmentos de la población e independientemente de las condiciones socio-económicas, se sigue manifestando la subcultura del “macho” mexicano dominante, irresponsable y abusivo, interactuando con una cada vez menos sumisa y más independiente mujer.

Aunque en algunos ámbitos sociales reducidos la tendencia va hacia compartir y complementar los roles de ambos géneros dentro de un contexto equitativo, el desarrollo de esta actitud es más común en personas con mayores puntos de referencia, ya que aumentan las posibilidades de trascender la histórica perspectiva machista de la cultura mexicana, que afecta tanto a varones como a mujeres.

No me refiero a  puntos de referencia obtenidos únicamente a través del desarrollo humano o de los viajes y la lectura, sino también a todas aquellas oportunidades que ofrecen las diferentes tecnologías, como la telefonía celular, Internet y la televisión, ya que le permiten a muchas personas, no solamente a las que habitan las ciudades, sino también en las áreas rurales, contrastar su realidad con una amplia gama de sociedades y estilos de vida, empezándose a romper el mito tercermundista de: “Todo el mundo ha de ser como mi pueblo” .

Los usos y costumbres de algunas culturas fundamentalistas asentadas principalmente en países árabes, asiáticos, latinoamericanos y africanos, en las que las mujeres son tratadas como simples mercancías que tienen un valor económico o que representan al esclavo moderno, sin derechos plenos y aplastadas por concepciones religiosas y culturales que datan de cientos o miles de años atrás y sitúan al varón en una posición de superioridad dogmática e indiscutible en relación a la mujer.

En contraparte, hoy muchas mujeres en México están inmersas en una realidad en la que tienen mayores oportunidades para desarrollar sus potencialidades y competir con los varones en base a sus capacidades, al grado tal, de que llegó el momento en que las cuotas de género que en su tiempo fueron percibidas como un gran logro ahora son una limitante; el exceso de leyes que las sobreprotegen, más que ayudarlas es su progreso se han convertido en un obstáculo para que las mujeres capaces y talentosas puedan obtener mayores espacios de responsabilidad en todos los ámbitos debido a su esfuerzo, no simplemente a su género.

@ernestoescobosa

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