🖊Opinión | La cultura del macho

Una vida caótica, desde distintos contextos, estados y países, pero una misma coincidencia, la misma violencia.

No es nada nuevo, que la misógina y la violencia contra las mujeres sea una constante y que en este tiempo de confinamiento no sea una excepción.

En Puebla, fue localizada Michel, una chica de 17 años, en un registro de drenaje, violada y torturada, pues su ex novio intentó matarla. Ahora él está detenido, pero hay posibilidades de que salga libre, pues Michel está en estado de coma y por tanto no puede declarar.

En Durango, un diputado le regalo una cartera de huevos a una diputada, para caracterizar que tuviera el “valor” de cumplir acuerdos, como si el valor radicara en los “huevos”.

En Argentina, hace unos días el fiscal llamó, “Desahogo sexual” a una violación, cuando las mismas autoridades convencieron a la víctima de que realizará su denuncia formal, después de que la joven expusiera su historia en redes sociales, narrando que, en 2012, a sus 16 años, 5 hombres la violaron.

3 notas de violencia feminicida en distintos grados; una que agrede políticamente, otra que ultraja sexualmente y otra que acaba con la vida. Todas parte de un sistema de cosas que ya no se debe tolerar.

Ahora bien, ¿el macho nace o se hace? La educación y el contexto son lo que define el comportamiento, pues son prácticas que se replican. Entonces podemos concluir que se hace. Queda claro entonces como se aprende.

Pero, ¿Por qué no se desaprende? Será que no han leído manuales, o escritos de nuevas masculinidades o por costumbre y un privilegio que no se quiere perder.

Es innecesario y no podemos ni debemos justificar, la violencia contra las mujeres, ese odio que sienten por nosotras por razones de género, que duele, humilla, agrede, tortura, viola y mata.

No justificar una violación, por un “desahogo sexual”.

No ofrecer una disculpa, si declaras que la parte ofendida malinterpretó.

No dejar libre al agresor, por que la persona que esta en coma no puede declarar.

Dejar de ser incongruentes, aliados a conveniencia y por posición, cuando se espera respeto y garantía a una vida libre de violencia.

Para acciones como éstas, no hay interpretaciones, solo demuestran la misoginia, el rechazo, aversión y desprecio hacia las mujeres.

Los tiempos cambian, pero el odio hacia las mujeres podría a llegar a ser eterno. 

¿Cómo desaprender lo aprendido? o ¿cómo hacerlos entender que no han entendido?

Aprendamos a identificar la misoginia y la violencia detrás de los discursos que justifican los ataques y rechacemos a sus portadores hasta que desaprendan o hasta que no les queden espacios para seguir perpetrando el machismo y la discriminación.

Puedes comentar con Facebook