
- Autor: Periódico Victoria
- Escrito el: 4 agosto, 2020
- Categoría: Opinión
🖊Opinión | La vida en rojo
Era inminente. El panorama que nos muestra nuestra cotidianidad en el municipio de Durango Capital no deja lugar a dudas. Las cifras, los datos duros, tampoco. Hasta el día de ayer en el estado se contabilizan 4,014 personas contagiadas por covid – 19 y 311 personas han perdido la vida por causa de este virus. De ese universo de personas que han resultado positivas 1,678 se encuentran en esta ciudad. Resultado: se colocó a Durango en semáforo rojo. Para atrás los filders.
¿Qué implica estar en semáforo rojo? De entrada, que se evidencia nuestra falta de compromiso en contribuir para apoyar a las autoridades sanitarias a disminuir el número de contagios en la población. Los índices de movilidad desde hace varias semanas se dispararon, el no seguir los protocolos elementales, la no utilización o uso incorrecto de cubrebocas, pero, sobre todo, la actitud irresponsable de no creer en la pandemia.
En términos prácticos que afectan nuestra “nueva normalidad” cotidiana el semáforo en rojo significa, de acuerdo a lo publicado en el Periódico Oficial del Estado, el pasado domingo 2 de agosto que quedan prohibidas las reuniones de con más de 15 personas; que de lunes a viernes solo se vendan bebidas embriagantes hasta las 22:00 horas, los sábados hasta las 18:00 horas y los domingos deberán abstenerse de vender; solo estará permitido comercializar alimentos hasta las 23:00 horas de lunes a sábado y el domingo hasta las 21:00 horas. Los bares, cantinas y centros nocturnos deberán de cerrar a la media noche.
De igual forma se prevé instalar puntos de revisión vehicular para evitar que los ciudadanos circulen en la vía pública después de las 10:00 de la noche si no tienen una actividad esencial que realizar o una emergencia que atender. Las guarderías prolongaran su cierre 15 días más.
Las medidas desde luego que seguirán repercutiendo en el ámbito económico, pero lo que corresponde es evitar que se continúe propagando el virus con la velocidad e intensidad con lo que se ha venido dispersando entre la población. El día de ayer se presentaron 82 nuevos casos en toda la entidad.
Algunas cámaras empresariales han manifestado su desacuerdo con las medidas sanitarias y los cambios en el semáforo epidemiológico y están en todo su derecho de hacerlo. Pero también hay que decir que sus dirigentes carecen de estatura moral para hacer señalamientos toda vez que se evidenció el papelón que hicieron al auto asignarse apoyos del Fondo Durango, el cual, y hasta donde se sabe, no han regresado el monto total de los mismos. Pero esa es otra historia.
Por las redes sociales ha estado circulando un “reto” o exhorto a utilizar cubrebocas de manera ininterrumpida hasta el día 15 de agosto (aunque desde hace tiempo la autoridad estableció su uso obligatorio en espacios públicos), esto con la finalidad de disminuir los contagios y tratar de aplanar la curva. Ojalá y eso contribuya a que más personas utilicen esta protección y se consiga el propósito.
Está en nosotros como sociedad motivar un cambio de actitud general para cambiar el semáforo epidemiológico de rojo a naranja y así sucesivamente. Hemos comprobado con el correr de los días que personas cercanas a nosotros han sido contagiadas. El círculo se ha cerrado cada vez más. Las 311 muertes no son pocas. Entre 2009 y 2017 de 12 narcofosas encontradas en Durango se exhumaron 321 cuerpos (“Violencia y Terror. Hallazgos sobre fosas clandestinas en México”, Universidad Iberoamericana, 2019) Solo datos para contrastar la actual tragedia.
Utilicemos cubrebocas. Te protejo a ti. Me proteges a mí. Nos protegemos todos.
ladoscuro73@yahoo.com.mx
@ferramirezguz