🖊Opinión | Si no nos detenemos, la pandemia no se va a frenar

Conforme pasan los días, las autoridades sanitarias de este país tienen  a bien decretar qué actividades -de las que permanecían detenidas por la pandemia del Coronavirus- pueden reiniciarse, y no precisamente porque la famosa curva de los contagios se haya detenido, sino porque ya empezaba a ser urgente que  algunas ramas de la producción reiniciaran sus funciones, la situación económica en este país, al igual que la mayoría de los países de todo el mundo, se encuentra en estado crítico, al igual que los sistemas de salud que día a día se ven saturados con una cifra de personas contagiadas que ya superó todas las proyecciones que se hacían al inicio de esta contingencia sanitaria, y que a decir verdad, nadie puede decir en qué  momento se va a controlar, tomando en cuenta el comportamiento tan diferente del virus en cada uno de los países de este mundo.

En este sentido, la semana pasada se abrieron “las puertas” de varias playas mexicanas, para no ir tan lejos y para no perder la, costumbre, podemos dar cuenta de lo que sucedió en Mazatlán, en donde a través de un video que se virilizó en las redes sociales, se pudo ver la llegada de los primeros turistas a un tradicional hotel mazatleco cono lo es el Cid,  se observa que la familia hace su arribo a este lugar, todos con sus respectivos cubre bocas, y son recibidos de igual forma, por personal que les toma la temperatura, les proporciona el gel antibacterial y la parte “emocionante”, con una especie de cañón arrojan al aire una gran cantidad de papelitos multicolores, iniciando así de manera formal, lo que es una nueva normalidad en los centros vacacionales de este país, disposiciones sanitarias que se van a tener que seguir al pie de la letra so pena de ser expulsados “del paraíso”.

Hasta ahí todo iba bien, que mejor que la gente pueda disfrutar de unas merecidas vacaciones después de un confinamiento de más de tres meses, (si es que se siguió como lo pedían las autoridades) para muchos esto ya era más que necesario, especialmente para quienes suelen vacacionar, porque como están las cosas, ya no cualquiera lo va a poder hacer, gente ganando la mitad de su salario, o menos, o algo peor, despedidos y ya sin empleo, a la espera de que todo se empiece a reactivar y la economía llegue al menos al punto en el que estaba antes de la pandemia, porque también hay que decir que no se le pueden pedir “peras al olmo” y hay una realidad de lo que se puede, de lo que se va a poder y hasta donde se va a poder.

Lo triste de esto, es que a tan solo dos días de que se abrieron los hoteles y las playas, toneladas de basura regresaron de nueva cuenta a esos centros de esparcimiento, las fotografías que circularon en redes sociales y las imágenes en diferentes noticiarios dieron cuenta de lo que seguimos siendo, de que a pesar de que la naturaleza nos da la oportunidad de rectificar nuestra manera de proceder, la desaprovechamos de una manera por demás absurda, con las mismas costumbres negativas, con nuestra falta de educación con un “valemadrismo” a toda prueba, mientras tanto, la pandemia del Coronavirus sigue avanzando, si no nos importa cuidar los recursos naturales y el medio ambiente, como ya se vio, al menos debería de importarnos nuestra salud y la de nuestros semejantes, pero según se ve, ni eso, las cifras son el reflejo fiel del comportamiento que hemos tenido en estos meses en los que a peras de recomendaciones, exhortos y hasta súplicas de las autoridades, seguimos con la misma actitud, si no se detiene los contagios es porque nosotros no nos queremos detener, no hay de otra.

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