-Oye te percibo muy contento we ¿Qué pasa mi Pequeño Saltamontes? Está bien que siempre te estoy reclamando porque me insultas; pero extraño que no me hayas jorobado en todo el día –.
¿Que qué me pasa? ¿De verdad quieres saberlo? – Claro, aunque no lo creas, me interesa saber porqué te encuentras así –. Pues está bien; te lo contaré pero no quiero que vayas a estar como siempre interrumpiéndome. – No, cómo crees. Venga -.
Pues resulta mi estimado…; – es estimados we, en plural –. Bueno quién va a platicar, tú o yo. – No pues tú. – Entonces no me estés enchinchando mi espacio y cállate. – No pues ya. Suéltala porque te me quemas -.
Decía mi estimado cabeza de rodilla…; – que bajo has caído. Me llamas Zángano, Barbaján y todo lo que se te ocurre; pero esto ya es el colmo, decirme cabeza de rodilla es imperdonable…-; bueno si no te vas a callar aquí la dejo y dejo que te quedes con las ganas de chismorrear como es tu costumbre…; – noooo, ya está bien. Prosigue -. Decía que me divertí mucho porque el día de ayer, tuve oportunidad de practicar en la calle mi deporte favorito. Y es que me encontré en la calle, no en las redes, a un defensor a ultranza del ídolo cuatroteriano; quién además tuvo la osadía de lanzarse en contra de mí, tan sólo por no sumarme a su cúmulo de diez genuflexiones por minuto que hizo en torno a dicho personaje.
– ¿Pues qué te dijo mi sangre? -. Pues mira. Me abordó para preguntarme el por qué yo había cambiado mi opinión en torno a su líder. Que antes me admiraba porque yo solía ser “amloista” y que por ello me consideraba un periodista serio. Que no sabía, pero que se imaginaba que yo formaba parte del grupo que había perdido los privilegios de gobiernos anteriores y que por eso ahora traía la línea de estar golpeando a su “prejidente”. Pero que afortunadamente ya había millones de “periodistas” que decían la verdad en las redes y que eran los que los mantenían informados.
– Neta ¿Tuvo el valor de decirte esa estupidez? -. Simona la Cacariza. Después de eso ya no supe si seguir escuchando la manera en que le crujía la cintura al empinarse, ofrecerle un tarrito de Vaselina o seguir mi camino. – Y qué hiciste pues -. Pues lo que mejor me gusta hacer. Iniciar con mi deporte extremo de hacer encanijar a los succionadores de oficio.
– ¿Qué le dijiste we? -. Pues le dije que había dejado de creer en un proyecto que terminó en una burda caricatura, y que no comulgaba con ninguna de las estupideces que su defendido estaba haciendo. Has de cuenta que le prendí un cuete por aquellas partes que se cansan cuando viajas más de diez minutos en camión de la ruta café.
Que me empieza a señalar que su amo ya se había deshecho de millones de corruptos que tenían a México en la miseria en la que lo encontraron los cuatroterianos caricaturescos. Le respondí que eso era bueno, pero que se había olvidado de varios, y no sólo olvidado, sino que hasta los había sumado a su equipo de (des) trabajo.
Y que comienzan a llegar los señalamientos que se han aprendió a la perfección estos soldados del amlor. “Pues no es un trabajo solamente de Andrés Manuel, todo se lo quieren cargar”, me dijo con un dejo de cólera ya dibujado en sus facciones. ¿A poco trabaja? Le dije con cara de sorpresa. Y que me responde: “pues más que usted sí mi amigo; ya lo quisiera ver a usted levantándose a las cuatro de la mañana para velar por este país”. Internamente me estaba cajeteando de risa; pero por fuera, me mostré dolido y hasta ofendido. – Y a poco mi gallo se quedó callado? -. Nel. Que le digo no me compare amigo, no somos iguales. Yo todos los días me levanto a la misma hora..; “pues lo dudo; además se ha de dormir temprano”. Y tómala que le aviento otro gancho al hígado. Qué pasó amigo mío, le dije; duermo tres horas y media diariamente haciendo cosas de provecho; no como su ídolo que seguro se la pasa piense y piense con qué mamarrachada va a mantener a sus fieles ignorantes entretenidos. Pero bueno no se preocupe; así son ustedes que defienden lo indefendible, disfrutan hablar sin argumentos. Y que me intenta contraatacar con otra estupidez. “Pero no compare su mediocre actividad con la de un presidente”. – No manches we, eso sí calienta -. Nel. Esos son argumentos ya muy trillados de este selecto grupo de personajes que quieren subirse al ring sin guantes, ni protector bucal. – Bueno qué le respondiste -. Pues le dije que mediocres los que hacían labor de defensoría pública de un Mamarracho que dista mucho de ser un verdadero gobernante. Y Tooomala. Más se encabrito. – Como eres hojaldra we -.
Y Bueno para ya no hacértela cansada. Que se me regresa al tema de los corruptos que quieren acabar con la corrupción. Y que me dice: “Deme un ejemplo de eso que dice de que están trabajando con el equipo de Andrés”, y que se la dejo ir con el que se le cayó el Sistema en el 88. Y luego, luego se defendió como gato boca arriba: “Pero eso no lo hizo porque quiso, lo mando su jefe para poner a Carlos Salinas, pero él está arrepentido. Y ellos han estado ya agarrando a los corruptos que sí nos robaron; ahí está García Luna y Emilio Lozoya”. – No manches we, neta -. Simona la Pandeada. – Y qué le respondiste -. Pues que siguiendo su lógica de que los subordinados sólo hacen lo que sus Jefes les dicen, pues ni García Luna ni Lozoya eran culpables. – Y qué dijo we -. Pues ya nada, creo que se quedó pensando y, sin duda, buscará algunas clases para poder seguirme el ritmo en este deporte extremo de poder aguantar un minuto dándoles argumentos a los fanatiamlo´s sin partirles la…; – madre mía, que palabrota ibas a decir. Pero qué bueno que vas a prendiendo de mi Juliancito -. Ya vámonos Zángano.