Por Daniel Arturo Campillo Campos
El pasado 26 de octubre fue aprobada a Ley de Ingresos de la Federación 2023 por el Senado de la República, con lo cual ésta ya fue turnada al Ejecutivo Federal para su publicación en el DOF toda vez que una semana atrás ya había sido aprobada por la Cámara de Diputados. Sin embargo, me llamó la atención que la nota principal fue el (supuesto) nivel de deuda que se había aprobado dentro de dicha ley, señalando la irresponsabilidad por tan elevado monto. Por tal motivo es necesario explicar por qué no tienen sustento estos comentarios y lo único que generan es ruido político.
Para 2023, se estima que el Endeudamiento Neto Total (ENT) ascienda a un billón 334.2 miles de millones de pesos (MMP), superior en 321.8 MMP respecto al autorizado para este año. En términos reales, significa un incremento de 25.6% con relación al monto aprobado para 2022. En cuanto a su origen, se calcula que 90.7% (un billón 209.8 MMP) se contrate en el mercado interno; mientras que el restante 9.3%, (6.0 mil millones de dólares [MMD]), sea externo; lo que implicaría que en moneda nacional sea equivalente a 124.4 MMP.
Como parte del ENT el Gobierno Federal solicitó al Congreso un monto de hasta por un billón 170 MMP, además de 5.5 MMD proveniente del exterior. La cantidad solicitada para el año próximo, de manera interna, es 31.1% real superior a los 850 MMP solicitados para 2022. Para el mercado externo habría un incremento de 44.7%, en comparación con los 3.8 MMD solicitados durante 2022. El resto o la diferencia del ENT y lo solicitado por el Gobierno Federal corresponde a deuda solicitada por las dos más importantes Empresas Productivas del Estado: PEMEX y CFE, es decir, 39.8 MMP y 6,039 millones de dólares.
El nivel de tasas de interés, el tipo de cambio, el acervo de deuda existente, el crecimiento esperado de la economía y el nuevo endeudamiento que se contrate durante el 2023 fueron los factores que elevaron los niveles de este rubro.
Señalar los umbrales para niveles sostenibles de deuda pública no es tarea sencilla, ya que no hay una definición generalizada sobre los que precisamente constituye un nivel sostenible de deuda, ya que la literatura provee diferentes métodos para evaluar la sostenibilidad de la deuda a partir de diferentes variables y horizontes de tiempo, pero generalmente se relacionan con los canales por los cuales los altos niveles de deuda generan desequilibrios económicos. Diversos estudios señalan dos conceptos ampliamente estudiados el nivel máximo de deuda sostenible y el nivel de deuda a largo plazo. El primero se define como el nivel a partir del cual es probable o inevitable un evento de estrés de deuda. Las estimaciones se basan en la identificación de eventos definidos de estrés de deuda, con enfoques estadísticos utilizados para estimar los umbrales de deuda relacionados, o en la evaluación de las funciones de reacción de las políticas para aumentar los niveles de deuda. Para las economías avanzadas, la mediana de las estimaciones oscila entre el 80 y el 192% del PIB, mientras que para las economías emergentes es de 35 a 77% del PIB.
Así entonces, de acuerdo con la Ley de Ingresos 2023, se espera que Endeudamiento Neto sea del 49.7% del PIB, superior en 1% al comportamiento observado en 2022. Por todo lo anteriormente expuesto, más allá de la comentocracia, en términos del PIB, el nivel de deuda que se aprobó está dentro de los parámetros para una economía como la nuestra. Además, un 90.7% es deuda interna, lo que indica que son obligaciones en pesos, con lo cual no afecta el tipo de cambio en gran medida los efectos por movimientos por tipo de cambio. Ahora bien, el monto autorizado es el máximo autorizado, no significa que de facto se haya incrementado en la realidad la deuda soberana. Pero en lo que sí debemos ser vigilantes es en la correcta utilización de los recursos públicos derivados de la contratación de empréstitos.
@ccampillo21 en twitter