El negocio de la pobreza

Fernando Ramírez

Contraluz Fernando Ramírez Guzmán

Por Fernando Ramírez Guzmán

Aceptar, como lo hizo hace unos días el presidente López Obrador, que apoyar a los pobres es una estrategia política, evidencia lo que siempre señalaron sus detractores: más que ser una apuesta o una política pública el otorgar apoyos económicos a los que menos tienen es con la finalidad de acrecentar su cartera de incondicionales o su clientela con fines electorales.

En el marco de una de sus conferencias matutinas, en donde como suele hacer, brinca de un tema a otro, AMLO aseveró: “ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”.

El análisis de esas palabras sería que a López Obrador le conviene el que existan los pobres, toda vez que si implementa líneas de acción para que los pobres dejen de serlo y se conviertan en clase media se estaría reduciendo de manera considerable sus bases de apoyo.

Cuando AMLO asumió la presidencia de México, el 1 de diciembre de 2018, las expectativas eran inmensas: reducir la pobreza entre los 132 millones de mexicanos. Reducir la pobreza ciertamente es una de las necesidades más grandes de un país como México, aunque sin duda es también una de las promesas que atrapan al electorado y los políticos lo saben.

Por esta razón, el presupuesto público ha estado repleto de programas sociales. El presupuesto de los programas y acciones sociales federales ha promediado 1.15 billones de pesos entre 2008 y 2022 anualmente, de acuerdo con el inventario de programas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL)1. Es decir, se han gastado cerca de 17.21 billones de pesos en programas y acciones sociales federales desde 2008 y la pobreza, medida con ingresos, no sólo no ha bajado, sino que ha crecido de 49.0% a 52.8% entre 2008 y 2020.

El presidente se interesa más por los pobres, porque dice, son más agradecidos. Reparte dinero a cambio de votos. Sin embargo, el gobierno de la 4T destina la mayor parte del gasto público a las llamadas obras insignia (Tren Maya, refinería Dos Bocas, AIFA) y no en combatir la pobreza. Pero y de acuerdo a lo declarado por López Obrador, el negocio de MORENA está en lucrar con la pobreza.

Ovidio y el choque del metro

Otros dos temas terminaron por redondear la semana pasada en términos noticiosos. La recaptura de Ovidio Guzmán en Culiacán y el accidente en que colisionaron vagones en el metro de la Ciudad de México.

Del primero, comentar que no deja de levantar suspicacias que se dé a unos días de la visita del presidente norteamericano Joe Biden y que además, no se trabajó en engrosar la carpeta en cuanto a los presuntos delitos cometidos por el personaje. Eso sí, logísticamente fue un gran trabajo el que realizó la SEDENA y la Guardia Nacional.

Por lo que respecta al choque de trenes de la línea 3 del metro, sin lugar a dudas representa también un golpe en las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheinbaum, a quien se le señala por recortar el recurso destinado a dar mantenimiento a las líneas del metro y a que continúe promoviéndose como candidata a través de viajes a diferentes ciudades del país, los fines de semana.

ladoscuro73@yahoo.com.mx

@ferramirezguz

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