Mariano Cervantes

El prestigio del INE resiste los ataques de AMLO

Por Mariano Cervantes

López Obrador ha demostrado una capacidad extraordinaria para someter a aquellos que se interponen en su camino. Se le ha reconocido su habilidad y persistencia para sortear los obstáculos, pero sobre todo destaca la manera en que se impone y doblega a quienes estorban en sus planes.

Con el INE no ha podido. Ha logrado someter a ministros de la Suprema Corte, lo ha hecho con los empresarios y hombres más ricos del país; pudo doblegar al PRI, al someter a su dirigente Alejandro Moreno, y no hay político o personaje público que quiera disgustar y ser señalado en la mañanera.

Sin embargo, el presidente no ha podido someter como él quisiera a todas las instituciones. En el caso del Instituto Nacional Electoral, ha buscado por todos los medios desacreditar al organismo y desde luego a los integrantes de Consejo General. Lo más que ha podido hacer hasta ahora, es señalar que esos consejeros gozan de elevados salarios y de otros de privilegios.

Ha pretendido señalarlos de corruptos o de ineficientes, pero se ha tenido que conformar, hasta ahora, con insultarlos. Sí se refiere a ellos como traidores y hasta “farsantes sin principios”, pero la gente lo toma ya como “palabras de AMLO”  es decir, de poco valor.

En la realidad, los ataques a la institución han permitido ver que tiene una enorme solidez, prestigio y credibilidad, de otra manera no hubiera podido resistir los embates no solo del presidente sino de toda la horda morenista y cuatroteriana que ha tomado la voz de Andrés Manuel como orden de asalto.

Los ataques de López y la resistencia del INE están marcando una importantísima lección que permitirá entender porqué fracasó ese intento de Cuarta Transformación.

En primer término esto demuestra que las instituciones electorales mexicanas, especialmente el INE, se han construido de buena manera, que cumplen con su función, que sus responsables, efectivamente muy bien pagados, han hecho un buen trabajo y hasta ahora, a pesar de todo el esfuerzo y todo el poder del estado, no les han encontrado cola para pisarles.

Según los estudios de opinión sobre credibilidad, los mexicanos confían más en el INE que en López Obrador.

Otra parte de esta lección es que Andrés y su 4T han exhibido ya sus verdaderas intenciones del mismo modo que han dejado ver claramente su capacidad: su misión es destruir, mandar al diablo a las instituciones que funcionan pero no han logrado hasta ahora construir nada que valga la pena, sus proyectos de obras faraónicas han demostrado ser infuncionales, costosos y muy mal planeados. Sus programas de repartir dinero solo han sirven para mantener una clientela electoral, pero no para abatir la pobreza.

Sus decisiones sobre programas como el Seguro Popular, las escuelas de tiempo completo las estancias infantiles, los refugios para mujeres violentadas, etcétera, etcétera, etcétera… han demostrado hasta la saciedad que no pueden con el paquete de gobernar. Fracaso tras fracaso el de la 4T.

En el caso del INE siguen intentando someterlo, ahora se elegirán nuevos consejeros y ya han armado el tinglado para colocar en esos cargos a personajes a modo, sueña el presidente con que los próximos consejeros sean tan sumisos y abyectos como los legisladores morenistas o como la presidenta de la CNDH Rosario Piedra. Hará todo lo posible para que así sea. Le urge tener el control de las elecciones.

No hay certeza de que la oposición logre oponer resistencia a la oclocracia cuatrotera comprometida a decir sí a todo lo que diga el mesías sin cuestionar, sin preguntar, obediencia ciega.

Se cumple lo que señalara tan bien Facundo Cabral: “Hay que tenerles miedo a los pendejos; porque son muchos… y son peligrosos porque al ser mayoría eligen hasta al presidente”.

@MCervantesM

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