Jesús Nevárez
En el medioevo, cuando Roma era el centro de la vida espiritual de los católicos (no tenemos la seguridad que aún lo sea, las broncas internas están a la orden del día), la Roma renacentista, concentradora de bienes terrenales, poseedora de grande capitales que lavaban los banqueros de Venecia. Por cierto, en este tiempo se cambió la usura como pecado mortal a venial y ser perdonado con aportaciones (dinero, terrenos, herencias etc.)
En ese tiempo se acuñó la frase, “todos los caminos llevan a Roma”, lo cual era cierto por su condición de potencia material y espiritual del mundo occidental. Hoy se retoma esta frase para aplicarla a la coyuntura actual, escuchamos que” todos los caminos llevan a Peña Nieto”, con relación a la corrupción e impunidad.
Sin embrago, esta frase nos parece que reduce el nivel de análisis a la personalización y no al entramado. El periódico español el País, publica una entrevista al ex presidente ibérico Rodríguez Zapatero en la que elogia al Presidente López Obrador y resalta el cambio de modelo y la profunda descomposición del modelo anterior. Esto es cierto, lo que sucede en México es para análisis de politólogos, sociólogos, economistas y otras disciplinas de las ciencias sociales.
El fenómeno de la corrupción sorprende, los montos son inmensos, en tres sexenios el despojo a la nación llegó a niveles que asombran, dejaron de robarse millones para pasar a miles de millones y hasta de billones. El negocio más lucrativo, más impune y lo mas absurdo, el que daba prestigio social.
Insistimos, nuestras consideraciones no son para generalizar, como en todo, hay “garbanzos de a libra”. Por eso, todos los caminos no deben ir solo a Peña Nieto, el entramado viene de hace décadas, parte de un modelo neoliberal que se inicia con Miguel de la Madrid y entra en crisis con Peña Nieto.
Con el proyecto en marcha del cambio de modelo, quedaron al descubierto algunos paradigmas del capitalismo salvaje: La pobreza aumenta, la riqueza se concentra, las instituciones se debilitan, se crea una aristocracia política inmoral, se desencadena la violencia que se antoja imparable, los carteles se van apoderando de ramas comerciales.
Todo fue tolerado, alentado y ajecutado con la participación de la aristocracia política del modelo pasado. Esta breve visión, nos da un pequeño panorama de la complejidad del cambio de modelo. Cierto es que quienes detentaron el poder no tiene opción ante la sociedad mayoritaria que los derrocó por la ví electoral e inventan falacias que pretenden debilitar el proyecto actual, hasta hoy no lo han logrado, su esquema es nazi, insisten en la distorsión y calumnia, en la frivolidad, es increíble su nivel de ignorancia.
Ningún pueblo puede realizar un proyecto si no se apoya en la historia, ninguna sociedad puede cometer aciertos si no retoma sus errores. Ningún gobierno tendrá sustento moral si deja impunes a los ladrones, ningún gobierno tendrá sustento social si se olvida de los que menos tienen. O no.