HACEN HISTORIA… Años, muchos años han pasado desde que en Durango hubo una movilización tan auténtica como la de ayer por la tarde. Pocos movimientos han tenido esa afluencia, en muy contadas ocasiones se ha logrado reunir tal cantidad de personas y en este caso únicamente mujeres y, sin acarreados; todas llegando de manera espontánea y todas unidas en el mismo reclamo.
GENERACIONES… En la marcha feminista no hubo protagonistas, llegaron algunas mujeres conocidas pero tuvieron el tacto de mezclarse entre las demás asistentes; ahí había mujeres de todas edades, desde adolescentes hasta mujeres de la tercera edad que lucían sus pañoletas verdes o moradas; las había de diferentes estratos socioculturales pero todas marcharon juntas.
CONVOCATORIA… En la parte central del acontecimiento leyeron un pliego petitorio que, necesariamente tendrá que ser tomado en cuenta; no podrán decirles que no las ven o que no las oyen. Esta es la capacidad de convocatoria que mostraron la Colectiva Las Que No Arden y Sí Hay Mujeres en Durango.
SABOTAJE… Las mujeres acudieron a pesar de los intentos por minimizar o boicotear su marcha; como un evento que ayer mismo se realizó en la Plaza de Armas y con cuyo sonido intentaron sin éxito opacar los gritos de las feministas o, un evento supuestamente para familias convocado para la Plaza IV Centenario. Y en ese mismo sentido de sabotear, hay quienes inscriben a la cadena feminista del día anterior, que no tuvo tanta asistencia y que finalmente se convirtió en un mitin en el que algunas funcionarias y políticas aprovecharon para protagonizar.
REZOS… Por cierto, a la llegada de la marcha a su concentración frente a Catedral, un grupo de mujeres, vestidas de blanco y con pañoletas color azul celeste hacían valla a la entrada del templo y rosarios en mano rezaban mientras algunas de las manifestantes se colocaban frente a ellas con sus pancartas y consignas.
POLICÍAS… Y entre los muchos incidentes durante las movilizaciones, llama la atención que los policías preventivos que resguardaban la seguridad de las asistentes a la cadena feminista del sábado, les dio por asumirse como investigadores y anduvieron indagando quién había pintado de rojo el agua de las fuentes, interrogando a las manifestantes horas después de que había ocurrido.
REPRESIÓN… Y por si fuera poco, los “valientes” agentes de la DMSP se esperaron que se dispersaran “las de la pañoleta verde” y cuando ya solo quedaban dos o tres, arremetieron contra ellas, las hostigaron e incluso las persiguieron; pero al darse cuenta hubo otras que se interpusieron e impidieron lo que hubiera sido un acto de represión, que de ninguna manera había sido por una falta en flagrancia.