Por Daniel Arturo Campillo Campos
La noticia más relevante en términos económicos y financieros de los últimos días es la relacionada con la declaración de bancarrota y posterior rescate de más de dos bancos importantes en Estados Unidos. Me refiero a los bancos Silicon Valley Bank (SVB) y First Republic Bank, sin olvidar los enormes problemas por los que está pasando en estos momentos Credit Suisse en Europa. Es de llamar la atención y es el punto central de la reflexión de esta semana, la fragilidad del sistema financiero en nuestro país vecino vista en dos direcciones, desde los problemas y defectos inherentes al propio sistema y por otro lado las deficiencias en la regulación y supervisión.
Problemas financieros y mala administración fueron los que llevaron a la debacle de SVB. Durante los últimos dos años, el banco compró miles de millones de dólares en bonos (deuda pública emitida por Estados Unidos), práctica habitual entre las instituciones bancarias. Durante años, las tasas de interés permitían la tenencia de estos bonos sin mayor riesgo. Sin embargo, la inflación rampante en Estados Unidos, llevó a la Reserva Federal (FED) a aumentar considerablemente las tasas de interés, como medida de contención contra la inflación. Si bien esto puede no resultar un problema, dado que el banco no incurre en pérdidas mientras no vendan los activos invertidos, retiros masivos ocurridos durante una semana, por un total de USD 42 mil MDD, obligaron al banco a vender una cartera de bonos valorados en USD 21 mil MDD para cubrir su liquidez. Con la caída de los precios de los bonos, las perdidas por la venta ascendieron a más de USD 1,8 mil MDD. Cifra similar al total de ingresos del banco en el año 2021.
Debido a la situación el banco decidió crear una restructuración de sus activos, para el levantamiento de capital. Sin embargo, los inversionistas habían perdido toda confianza en la institución debido al manejo de sus finanzas. Debido a esta serie de eventos, hoy en día SVB estando en bancarrota, dejando a miles de clientes a la expectativa de que ocurrirá con su dinero aun y cuando el gobierno de Estados Unidos declaró que todos los ahorradores tienen asegurados sus ahorros sin que sea dicho gobierno quien realice un rescate bancario sino los directivos de la institución.
Dado que se trata de una empresa de más de USD 200,000 millones en activos, los especialistas apuntan que puede existir una corrida bancaria, en que se observe un efecto dominó, donde cada vez más entidades financieras entren en bancarrota, debido a las obligaciones de deuda que SVB tuviese con otros bancos. Durante la caída, 4 de las principales entidades bancarias en estados Unidos, perdieron cerca de USD 52 mil millones.
Ahora bien, ¿qué relación guarda el precio de los bonos de deuda gubernamental con el incremento en las tasas de interés y por qué este fue uno de los principales motivos para la bancarrota de SVB y otros posibles bancos? Imagina que compras un bono de 10 años recién emitido que paga un interés anual del 3% por un precio igual a 100. Imagina también que después de comprar el bono el nivel general de los tipos de interés a 10 años aumenta. Por lo que ahora otros bonos, con las mismas características que el tuyo en términos de riesgo y vencimiento, ofrecen un mayor rendimiento, digamos del 4%.
Supongamos ahora que quieres vender tu bono. ¿Quién estará dispuesto a comprarlo al precio original de 100 para obtener un rendimiento anual del 3%? Probablemente nadie, ya que ahora es posible encontrar bonos como el tuyo que ofrecen un rendimiento del 4%. Un inversor aceptará comprar tu bono solo si obtiene el 4% también. Dado que los pagos de intereses anuales (3%) se fijan contractualmente cuando se emite el bono, la única forma de que su bono ofrezca un rendimiento del 4% sería una reducción en el precio. Imagina que el precio cae a 92. Si alguien compra tu bono al nuevo precio, pagará 92 y se le reembolsará a 100 en 10 años. Esto producirá una ganancia de capital para el comprador del bono.
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