Opinión | Auge y caída de una estrella

A finales del mes de febrero del 2020 el presidente López Obrador cedió la palabra, en sus cotidianas rueda de prensa mañaneras, al entonces desconocido Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Hugo López Gatell. Días después, se convirtió en el zar anticovid mexicano y en la segunda persona en ofrecer diariamente una conferencia de prensa. El pasado viernes 11 de junio ofreció su última conferencia. Pasó de convertirse en un personaje sumamente popular a ser un tipo muy cuestionado por la forma de encarar la pandemia.

Maestro en Ciencias Médicas y Doctor en Epidemiología por la Universidad John Hopkins, López Gatell, con un discurso siempre bien articulado, de tono asertivo y proyectando conocimiento en la materia, se ganó el respeto y la admiración de los ciudadanos.

En pocos meses, se convirtió en el personaje más popular, después de AMLO, de la 4T. Presentó al personaje animado “Susana Distancia”, se hicieron stickers de Whatsapp con su imagen, se puso a la venta un “López Gatell” de cartón, para armar, la versión de estambre, así como la figura tipo funko que artistas plásticos de Nuevo León crearon. Por otro lado, aprovechando la popularidad del subsecretario de Salud el Fondo de Cultura Económica lo invitó a leer poesía a través de su canal de Youtube. Desafió a la pandemia en más de una ocasión, lo mismo, en una cita romántica en la colonia Roma (Beso en la boca con su pareja, incluido) o yendo a una playa en Oaxaca.

Sin embargo, el paso del tiempo el autor de la ya célebre frase “Quédate en casa” fue realizando acciones que opacarían su estatus de estrella del momento. “El presidente no tiene fuerza de contagio, sino fuerza moral” lamentable frase que pretendió justificar la no utilización de cubrebocas de parte del presidente de México. De igual forma, desdeñó el tema del uso obligatorio del cubrebocas entre la población ya que da una “falsa sensación de seguridad”. Aunque ya para el mes de noviembre cambió de parecer y pidió a los reporteros que cubrían su conferencia el que promovieran su uso.

De manera irresponsable, en una entrevista se aventuró a señalar que si la cifra de muertos por coronavirus rebasaba las 60,000 víctimas sería un “escenario catastrófico”. Actualmente, las cifras oficiales contabilizan más de 230, 000, aunque a decir de grupos de expertos las cifras reales tienen un desfase del orden del 60% en relación a las cifras oficiales.

En algún momento, López Gatell cambió la bata del médico, del científico y se puso el saco y la corbata del político. Desde su tribuna, en sus poco más de 300 conferencias vespertinas, aprovechó la oportunidad para abrir frentes con, lo mismo el gobernador de Tabasco, que con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y con varios medios de comunicación nacionales y extranjeros.

Se quedó corto en las medidas sanitarias, actuó tarde, fue errático en sus pronósticos, dio la orden de realizar pocas pruebas lo cual se tradujo en no tener datos más confiables del impacto de contagio entre la población, politizó el uso o no del cubrebocas. Le vendió a AMLO la idea de que con el “método centinela” y en actuar en consonancia con la austeridad republicana tendría para controlar la pandemia. Los cálculos no dieron el resultado esperado, es más que evidente.

El rockstar de la 4T se ha retirado de su alta exposición mediática. En su última conferencia lo despidieron entre música y vítores de algunos de sus más conspicuos seguidores.

Las cifras, la realidad y el tiempo habrán de poner a Hugo López Gatell en el justo lugar que le depara la historia. Como flautista transversal del grupo de rock Cantera no habría, ni por asomo, alcanzado la trascendencia. Como zar anticovid me temo que tampoco.

ladoscuro73@yahoo.com.mx

@ferramirezguz

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