Una vez más el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CESP) publicó una valiosa investigación (que puede servir de base para la elaboración de varias tesis para los estudiantes que están por terminar la carrera de economía) titulada Evolución del Gasto Público en el periodo 2006-2020. En dicho estudio se abordan los tres últimos sexenios presidenciales y se analizan las políticas, cifras y resultados obtenidos. Por lo extenso e interesante de este artículo se hará en 3 partes, dos semanas atrás se escribió sobre el periodo 2006 – 2012, la pasada entrega se dio a conocer el sexenio 2013 – 2018 mientras que en esta ocasión se hará sobre el 2019 – 2020.
El presupuesto aprobado para el Gasto Neto Total a ejercer en 2021 asciende a 6 billones 295 mil 736.2 mdp, monto superior en 188 mil 3.8 mdp al PEF 2020 pero menor en -0.3%, en términos reales, de este monto aprobado, 73.4% corresponde a Gasto Programable y el restante 26.6% a Gasto No Programable. La tasa de crecimiento de los últimos tres años del Presupuesto aprobado para el Gasto Neto alcanza un crecimiento marginal de 0.3%, en promedio anual. El Gasto Programable es 1.3% mayor respecto al aprobado en 202017. En el periodo 2019 – 2021, alcanzará una tasa de crecimiento promedio de 1.9% anual. En contraste, el Gasto No Programable en el último año se reducirá en -4.6% real, lo que implicaría que en el periodo 2019-2021 registre una tasa de crecimiento media anual de -3.5%. Dicha reducción en el Gasto No Programable se adjudica al menor costo financiero de la deuda por las menores tasas de interés y a la menor distribución de recursos a las entidades y municipios por la caída de la recaudación federal participable.
La relación entre lo aprobado y ejercido en 2019, según se reporta en la Cuenta Pública, el Gasto Neto total y el Gasto No Programable ejercieron por debajo del aprobado en 0.4 y 7.9% respectivamente, mientras que el Gasto Programable ejerció 2.7% por encima del aprobado; dicho sobregasto se debe a los recursos adicionales que se entregaron a Pemex como aportación patrimonial, y a la Banca de Desarrollo, para efectos de capitalización, además del sobre-ejercicio en diversos ramos Administrativos y Generales. No obstante, el gasto total se mantuvo prácticamente en línea con lo aprobado en estos años, a diferencia de lo observado en los años previos.
Los recursos asignados para el IMSS y el ISSSTE han crecido a una tasa media anual de 5.5% real, si bien de modo específico, el presupuesto del IMSS se ha incrementado a un mayor ritmo, 6.2% real, mientras que el ISSSTE lo hizo a 3.8% real. Dichos incrementos obedecen a la política implementada en Salud, la cual pretende otorgar servicios universales y gratuitos a la población abierta durante 2020, frente a la emergencia sanitaria provocada por el Covid 19. El presupuesto para Pemex ha crecido a una tasa media anual de 4.6% real, mientras que, las asignaciones para la CFE se han reducido a una tasa media anual de 5.4% real.
En los Ramos Administrativos, las mayores reducciones se dieron en los ramos Gobernación (-70.0% real), Agricultura y Desarrollo Rural (-16.2% real) y Comunicaciones y Transportes (-11.5% real), dichos cambios obedecen a los cambios que se dieron en la actual política pública; mientras que los Ramos a los cuales se les incrementó de manera considerable sus presupuestos destacan por sus variaciones; Energía, Turismo, Defensa y Bienestar.
El gasto corriente en el último año disminuyó en 1.7% real, y en los tres años 2019-2021 se registra una reducción marginal de -0.2% real. En contraste, las pensiones y jubilaciones en los últimos tres años han registrado más recursos año tras año, creciendo a una tasa real de 6.4%, promedio anual; mientras que el gasto de inversión creció a un menor ritmo 4.0% real en promedio anual, que contrasta con la caída observada en los años anteriores a 2018.
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