Víctor R. Hernández
La crisis financiera actual que enfrenta el gobierno de José Aispuro Torres, es una crisis estructural que inevitablemente heredará a la administración que a partir del 15 de septiembre encabece el doctor Esteban Villegas Villarreal. De ahí, que primero es necesario ubicar el problema de fondo y a partir de ahí definir un plan de acción para, conforme avancen los años de la nueva administración, ir superando esta realidad.
1.- Es un tema de redistribución de recursos
El 26 de octubre de 2020, cuando el gobierno federal anunciaba un nuevo recorte, para 2021, a estados y municipios del país, los 10 estados que integraban la Alianza Federalista propusieron revisar y adecuar el Pacto Fiscal. Revisar y analizar en una Convención Nacional Hacendaria, el modelo de tributación en México para una reforma fiscal progresiva.
Además, de reorientar la propuesta de Hacienda del presupuesto 2021. El gasto federalizado tendrá una reducción real, que pedimos que se compense con base a 4 puntos:
Primero, crear un fondo de estabilización, donde se concentren los recursos federales no ejercidos, remanentes del Banco de México y los recursos provenientes de la extinción de fideicomisos.
Segundo, crear un fondo especial para proyectos de infraestructura local.
Tercero, caridad en los criterios de distribución territorial de los fondos de SCT, INSABI y FOTRADIS.
Cuatro, establecer asignaciones para FORTASEG y FONMETRO.
Naturalmente que nada se cumplió porque el presidente López Obrador, ni siquiera dio respuesta al comunicado.
2.- Es buscar la interlocución adecuada para gestionar de los recursos que hay en las diferentes secretarías (pequeños programas sin aprovecharse, en donde hay 20 millones, 50 millones, 80 millones, sin ejercerse), para atraerlos a la entidad, sin necesidad que pasen por el visto bueno del presidente López Obrador.
3.- Diseñar una línea de trabajo que durante los escasos encuentros que tenga el gobernador Esteban, verdaderamente conquiste y enamore al presidente tabasqueño y evite, cundo menos que a Durango se le siga castigando con más recursos.
4.- Y mientras se llega a la revisión del Pacto Fiscal (que podría ser si Morena pierde en 2024 el control del poder legislativo), buscar a través de la inversión privada, el financiamiento de obras de infraestructura productiva que reactiven el desarrollo de la entidad y hagan atractivo a Durango ante el capital internacional que comienza a voltear a México, luego de los problemas de abastecimiento que se padecen por la falta de producción en la enorme fábrica multinacional que es China.
La crisis que en esta semana tocó fondo, ya no aguantaba más. La falta de recursos del gobierno estatal finalmente tronó por lo más delgado: las prestaciones y logros sindicales de los trabajadores al servicio de los tres poderes.
No hay de dónde agarrar. El gobierno federal con todo y los más de dos billones de pesos extras captados vía impuestos, durante el primer semestre de este año, ha decidido vengarse de algunos estados que lo desafiaron el 5 de junio y que le dieron la espalda a Morena. A Durango, por ejemplo, ya le anunciaron un nuevo recorte, ahora por 572 millones de pesos, que pronto volverá a traer repercusiones en el pago de salarios.
Es el precio de ser libres, de resistir a la dictadura morenista. Y creo que nos ha salido muy barato. Pero nos veremos en el 2024, de nuevo y ahí las cobraremos todas.