Opinión | La pandemia domada… éxito de la 4T

Esta pandemia que le vino “como anillo al dedo” a la Cuarta Transformación al resto de los mexicanos nos tiene en jaque; la llegada de las primeras vacunas el día de hoy a la ciudad de Durango genera esperanza o al menos una sensación de justicia al saber que estarán protegidos nuestros médicos, enfermeros, camilleros, afanadores y todos quienes atienden las unidades Covid en el estado.

Vamos bien… requetebién, insiste en decir al presidente López Obrador, solo que hay más de 134 mil mexicanos que ya no pueden escuchar esas optimistas declaraciones; están muertos. Y no pocos insisten en que buena parte de esas muertes pudieron evitarse si se hubiera instrumentado un correcto manejo de la emergencia sanitaria, lo cual a todas luces no ocurrió.

Y en este marco, resulta casi obligado recordar lo que desde presidencia del país se ha dicho a través del vocero, el subsecretario Hugo López-Gatell.

Muchos parecen haberlo olvidado pero en su momento, Gatell dijo que “el nuevo coronavirus se comporta como un virus de agresividad leve comparado con la influenza estacional” obviamente eso era falso. Mintió.

Poco después, el mismo vocero declaraba textualmente: “el que es asintomático no necesita cuarentena alguna” evidentemente también aquí mintió.

Poco después el mismo funcionario aseguraba que “la enfermedad va a durar de 10 a 14 días y se va a curar espontáneamente”… mintió.

En otra de sus declaraciones López-Gatell manifestaba que “no se necesitan hospitales especializados, hay mucha mitología en la prensa internacional, no se necesitan centros exclusivamente para el coronavirus” y la realidad lo puso en su sitio y tan solo en Durango hay 14 áreas hospitalarias exclusivas para el Covid. El vocero mintió.

“Esta idea de que hay que hacernos todos la prueba es parte deuna visión completamente fuera de lugar; de nada sirve a un paciente que tiene coronavirus o a un médico, saber que está tratando con un paciente que tiene coronavirus porque en el mundo entero no hay tratamientos específicos”. Parece increíble pero sí, lo dijo. Mintió.

Y por si fuera poco se atrevió después a descalificar a la Organización Mundial de la Salud y a su dirigente asegurando que “¡esta afirmación de test, test, test, sin ninguna calificación técnica, sin ningún documento, qué daño le ha hecho a todo el mundo!” lo dijo así, y efectivamente mintió.

¿Más? También afirmó que “las pruebas diagnósticas por laboratorio no son útiles para propósitos de la atención médica, recomendamos no utilizarlas” de ese tamaño la insensatez. Mintió.

Una de las joyas de las palabras del subsecretario fue cuando declaró categórico que “la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio”… sin palabras.

Ah… y también dijo que “los cubrebocas no sirven para protegernos”… mintió.

“El usar cubrebocas tiene una pobre utilidad e incluso tiene una nula utilidad; no es una medida que garantice que usted no se vaya a contagiar”…mintió.

Más adelante se atrevió a decir que “el gobierno de México ha recomendado el cubrebocas no de ahora, desde el inicio” mintió.

Y no pocos nos sorprendimos cuando lo escuchamos decir del cubrebocas que “no digo que no sirva, lo que digo es sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve”.

Todos recordamos también sus pronósticos cuando el principal científico de la 4T señalaba que las estimaciones de fechas para el pico máximo de contagios era entre el ocho y el 10 de mayo… del 2020. Error. Terrible porque con este tipo de proyecciones oficiales la planeación en todos los ámbitos ha sido ineficaz e incluso desastrosa.

Siempre ha recomendado “quédate en casa” pero una y otra vez se opuso al confinamiento y a las medidas restrictivas.

Y lo recordamos cuando puso en marcha y defendió el modelo centinela porque “puede ser de enorme utilidad para estimar la carga de la enfermedad” decía. “Es un mecanismo eficiente” y poco después sus palabras eran “olvídense de la vigilancia centinela”… textual.

Y qué decir del semáforo epidemiológico… primero vital y luego “intrascendente”, después que siempre no es irrelevante.

Mentiras y errores; o mentiras originadas en la ineptitud y la falta de sentido científico pero han sido errores carísimos. Errores que no permitieron una correcta planeación y un elevado costo en vidas humanas. Imposible dejar de lado en este recuento la estimación de muertes. Textualmente Gatell dijo “sobre la estimación de mortalidad sigue siendo la proyectada, casi seis mil; otro escenario es de ocho mil, otro 12 mil 500 y así hasta 28 mil incluso uno muy catastrófico de 60 mil”

Catastrófico en palabras de la 4T eran 60 mil muertos… ¿qué adjetivo corresponde a los 134 mil que van en este momento?

Pero para esa 4T perfectamente representada en Hugo López-Gatell la respuesta parece simple “las personas que fallecieron, fallecieron”.

Pero la pandemia les vino como anillo al dedo a esta Cuarta Transformación, a López Obrador y a Morena, también en palabras del subsecretario “que se prolongue la epidemia es una manifestación de éxito de las medidas de mitigación… tenemos éxito pero la epidemia sigue”.

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