El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) originalmente era un movimiento social integrado por diversas tendencias políticas e ideológicas, mayoritarias y minoritarias, que todavía tenía mucho que dar. Al constituirse en partido político quedó “en pausa”; no desapareció el movimiento, menos al llegar al poder. Es cierto aquella afirmación de que Morena no es un partido de gobierno, porque su vocación es estar motivando a la organización popular para atender las causas que siguen siendo prioritarias del pueblo mexicano. Por ello, es correcto que el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, siempre haya manifestado que no va a intervenir en los asuntos de Morena – Partido como lo hacían antes los presidentes en turno.
Mas en Morena – Partido existen dos visiones en pugna que muy bien podrían ser complementarias: la de un partido “cerrado” defendida por Yeidckol Polevnsky, casi exclusivo para los que han seguido a López Obrador desde el fraude electoral de 2006, y la de un partido “abierto” planteada por Mario Delgado en la cual caben diferentes opciones políticas siempre y cuando se identifiquen con la Cuarta Transformación, proyecto de gobierno del Presidente López Obrador. Ambas visiones necesitan unificarse después de la elección del Presidente (a) de Morena en octubre, evitando así un ambiente conflictivo fragmentado a lo interno de Morena – Partido. Morena debe creerse y comportarse como agrupación política con el fin de organizarse eficazmente alrededor del esfuerzo electoral de 2021, y ganar la mayoría en la Cámara de Diputados de tal suerte que pueda apoyar al Presidente López Obrador en los últimos tres años de su gobierno.
De acuerdo con las resoluciones del Tribunal Electoral Federal, el Instituto Nacional Electoral ha recibido la instrucción de encargarse de las elecciones para Presidente (a) y Secretario (a) General de Morena – Partido mediante dos encuestas, debido a que su directiva actual no pudo contar con un padrón confiable de afiliados, ni realizar las asambleas en tiempo y forma requeridas el año pasado; la pandemia ya no permitió que se realizaran las asambleas este año. La primer encuesta acaba de concluir la semana pasada y era para validar que tanto los simpatizantes de Morena conocen a los aspirantes registrados en cada puesto señalado, y así obtener una lista de seis aspirantes los cuales serán incluidos en la segunda encuesta con la cual se seleccionará a mediados de octubre al Presidente (a) y Secretario (a) de Morena.
Me parece que los más indicados para ocupar el cargo de la Presidencia son Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado Carrillo. Gibrán Ramírez Reyes es un joven comprometido con Morena pero todavía le falta camino por recorrer, porque el reto de dirigir a Morena es mayúsculo. Yeidckol Polevnsky ya demostró que nos es capaz de unificar lo cual es lo que se necesita en esta nueva etapa de Morena. Mario Delgado es sin duda el perfil más idóneo actualmente, habiendo demostrado en la Cámara de Diputados su capacidad para dialogar con grupos diversos e integrar a los militantes y simpatizantes, sin descuidar la orientación básica de la Cuarta Transformación-
Porfirio Muñoz Ledo es un legendario y viejo lobo de mar que lo requiere Morena pero no para que se desgaste en la Presidencia del Partido, su experiencia y sabiduría deben aprovecharse para impulsar a Morena por el buen camino. Morena tiene poco tiempo para enfrentar dos tareas cruciales de alta complejidad en los próximos meses: reorganizar el partido y lograr su unificación, y seleccionar los candidatos mejor posicionados para competir en 2021 por 500 diputaciones federales, 15 gubernaturas de los estados, diputaciones locales y alcaldías. En fin, ojalá Morena resuelva pronto sus dificultades en bien del país y de la Cuarta Transformación. En otro momento comentaremos sobre las perspectivas de Morena – Movimiento. ¡Hasta luego¡