Opinión | Pandemia Covid-19, una crisis para reflexionar

Gustavo Nevárez Martínez    

                                                                       

Saludo con afecto a mis fieles televidentes de “España TV”, y lectores de “Victoria de Durango.

 

Hoy, el mundo entero habla del terrible mal que aqueja a la humanidad. Y ciertamente, la pandemia que se nos vino encima es muy grave. Sin embargo no todo es negativo. El COVID-19 nos está dejando también grandes lecciones positivas, de las cuales, los filósofos modernos ya están tomando nota para sus profundas Reflexiones:

La primera lección es que el Coronavirus ha evidenciado nuestra fragilidad humana con absoluta crudeza. Pobres y ricos son lo mismo, igual los sanos y los enfermos. Todos estamos huyendo del contagio y de sus consecuencias. Hoy, hasta los dueños del sector financiero mundial, han descubierto que son seres humanos vulnerables. Lo positivo de éste fenómeno, es que en adelante podamos ser capaces de retomar el valor de la humildad en nuestra vida diaria, y de ayudar a construir un país y una sociedad más auténtica.

La segunda lección, es que nos hemos dado cuenta con toda certeza, que todos somos vecinos. Somos el mundo, y el mundo es lo que somos ustedes y yo. Ese mismo mundo que hemos fabricado, el de la violencia, el de las guerras, las divisiones, religiosas y políticas, el mundo de las depresiones y de los egoísmos, el de la corrupción, y el mundo también de las catástrofes. Nuestro problema personal es un problema global. Es un problema humano. Así que, lo positivo de ésta lección es que aprendamos a cooperar, y con ello acercarnos, y a mejorar las relaciones que tenemos con los demás. Se trata de un llamado para servir ayudando a nuestros semejantes. Practicando el altruismo y el compromiso.

La tercera lección es que COVID-19 nos ha igualado. Todos debemos saberlo, y ser conscientes de ello, en especial los soberbios. La misma correa nos puede sujetar. Hoy, el Coronavirus no hace distingos, si es millonario, si tiene poder, si tiene el automóvil o la casa más costosa, o si es el más pobre de los mortales. Tampoco si es blanco, moreno o amarillo. Para el COVID-19 todos somos candidatos, todos somos iguales, unos más, otros menos. Una de las cosas más difíciles de los seres humanos, es vernos tal y como somos. Entonces, ésta pandemia es una oportunidad para vernos sin filtros, para mirarnos y situarnos en la realidad. Eso es positivo, tenemos que aprender a mirarnos para sobrepasar el círculo estrecho en que vivimos, y que nos hace aferrarnos a tantas vanalidades. El reconocernos como seres vivos del planeta y en esa condición de iguales, nos debería de ayudar para vivir en forma más ética y responsable, por el impacto que tienen nuestras decisiones y acciones en éste mundo globalizado.

La cuarta lección, es que éste evento mundial que ha estremecido países y estructuras políticas, sociales y económicas, quizás nos ayude a privilegiar la presencia y las experiencias actuales usando mejor el tiempo. Puede ser que nos volvamos mayormente conscientes de la fuerza espiritual que todo lo impregna, y de la necesidad de restablecer equilibrios, empatías y sentimientos de compasión para colaborar más, en vez de competir más, y disfrutar así de la capacidad del ser más allá de los apegos y de las acumulaciones, riquezas y éxitos temporales. Quizás sirva para darnos cuenta, y resguardar con más celo, la institucionalidad fundamental que sirve a todos y que es para todos.

La quinta lección, es que frente a los acontecimientos mundiales, el miedo nunca nos debe paralizar. Ciertamente, el COVID-19 ha desatado el temor de millones de personas, sin embargo el país no puede paralizarse. Lo positivo es que entendamos, que en adelante habrá que construir el país en presencia de eventos de éste tipo, y que un embargo, de ello habrán de surgir oportunidades para hacer las cosas diferentes. Los miedos deben desaparecer cuando somos conscientes de nuestras capacidades. Hoy, las empresas e instituciones, obligadas por la necesidad, están probando el trabajo de sus empleados o estudiantes desde el hogar, lo que puede ser altamente positivo para aumentar conocimientos e ingresos familiares. Las medidas para paliar el COVID-19 en la economía, es todo un desafío de creatividad y de responsabilidad de los gobiernos y donde la prioridad es proteger a las clases más vulnerables. Nunca como antes, tenemos que ser más creativos y productivos con los recursos con que contamos. Ojalá así lo entienda el Gobierno de México, los partidos políticos, los sectores gremiales y empresariales, y la sociedad en general. Quizás estemos a las puertas de un despertar colectivo, porque hemos sumado responsabilidad y consciencia individual.

Finalmente, les comparto la reflexión del Secretario General de la ONU, quien hizo el llamado a todos los líderes mundiales, a reunirse y ofrecer una respuesta conjunta y coordinada a la crisis mediante tres áreas de acción: abordar la emergencia sanitaria, enfocarse en el impacto social, y en la respuesta y recuperación económica a la crisis, y que éste restablecimiento sea mejor para todos, que las vividas anteriormente. No olvidemos que ésta situación es esencialmente una crisis humana, y lo más importante es que debemos centrarnos en las personas: los más vulnerables, los trabajadores con bajos salarios, las pequeñas y medianas empresas. Eso significa apoyo salarial, seguros, protección social, prevención de quiebras y pérdida de empleos. Gracias y enhorabuena.

(gustavonevarez28@hotmail.com)

 

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