Opinión | Replantear los objetivos

Por Ernesto Escobosa

El atraso en establecer la cultura de la legalidad es directamente proporcional a la corrupción de los gobernantes, en la que concurren también diversos segmentos sociales; si bien es cierto, en todo el mundo hay corrupción e ineficiencia, en nuestro país existe una impunidad ejemplar, que propicia que la ilegalidad se expanda y esté presente en todos los ámbitos.

El perfil de México ante la comunidad internacional está deteriorado desde hace tiempo, ya que se ha proyectado como una tierra de nadie en la que los ciudadanos se cuidan de los cuerpos de seguridad por la gran desconfianza que existe, debido a su fuerte tendencia a violentar los derechos humanos, a extorsionar y a fabricar culpables, mientras sus omisiones permiten que los grupos delincuenciales se apropien de diversas regiones en las que se convierten en gobiernos de facto.

Los mexicanos no tienen mucho en qué o en quién confiar, la imagen del clero está devastada por los recurrentes escándalos de corrupción y de abuso sexual contra menores, la credibilidad de los políticos está por los suelos, la política lo que más produce son nuevos ricos, los valores familiares están seriamente afectados por la transculturización que impacta a la sociedad, principalmente, a través de los medios masivos de comunicación, todo esto aunado a que se están acabando los uniformes oficiales que no están desprestigiados, tal vez, el único que actualmente genera una confianza sin reservas es el de los bomberos.

El país ha cambiado mucho, sin duda, lo que no queda claro es hacia cuáles objetivos se están dirigiendo los esfuerzos de las instituciones y de la ciudadanía ya que no existe ningún proyecto de nación claro; lo cierto, es que en las últimas décadas se han acumulado grandes fracasos, tal vez de ahí venga la tendencia institucional y colectiva a apropiarse de los éxitos que obtienen en lo personal los mexicanos en el extranjero.

Urge lograr éxitos, que lo que se está transformando empiece a impactar en el bienestar social, hace falta ya dar un verdadero salto cultural y enfocarse en superar el machismo, el feminismo machista, la intolerancia, los fanatismos, el conformismo, la discriminación y otros muchos prejuicios que mantienen a las personas divididas o enfrentadas y que han sido un lastre histórico para el desarrollo, es necesario que la sociedad empiece a tener liderazgos ejemplares a los cuales seguir, desafortunadamente los políticos distan mucho de serlo, nunca como ahora se había visto tanta ignorancia e improvisación en los partidos y en los diversos cargos públicos de los tres niveles de gobierno; es obvio, que a quienes ejercen el poder ya ni siquiera les interesa la percepción o la opinión de la sociedad.

Se debe empezar a hacer las cosas de manera diferente, romper con la inercia de cometer los errores una y otra vez al aplicar las mismas soluciones que ya han fracasado en el pasado, tratando siempre de empezar de cero cada sexenio sin saber aprovechar las experiencias exitosas; pareciera que los políticos se niegan a aprender cómo se debe gobernar o tal vez, sencillamente no tienen las capacidades para afrontar los grandes problemas públicos, que por cierto son los mismos de siempre, solo que ahora más complejos y diversificados.

Es urgente, desde hace décadas, superar la etapa de las simulaciones y llegar a la de las soluciones, México tiene salidas cada vez más estrechas para modificar esta realidad en la que la mayoría de las políticas gubernamentales no funcionan o conducen al fracaso, en la que siempre hay pretextos para justificar los errores y en la que pocos asumen su responsabilidad. 

@ernestoescobosa

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