A la 4T le conviene que el INE le niegue el registro a Félix Salgado, porque eso les da el pretexto para lanzarse con sus huestes y desestabilizar a la institución ahora que saben que pueden perder la mayoría en las elecciones.
Para nadie es secreto el deseo, o más propiamente dicho, la obsesión de Andrés Manuel por controlar al arbitro electoral. “Yo seré el guardián de las elecciones” ha dicho; palabras que claramente significan “¿Para qué queremos al INE si estoy yo?”.
En este marco resultan más que reveladoras las palabras del “Toro” Félix Salgado Macedonio, amigo, incondicional y protegido de López Obrador: “No le rasquen los huevos al toro porque nos van a encontrar… Pero si no se reinvindican (sic)… miren se los decimos de una vez, los vamos a hallar a los siete, los vamos a hallar, los vamos a buscar y vamos a ir a ver a Córdova ¿No le gustaría al pueblo de México saber dónde vive Lorenzo Córdova? ¿Sí les gustaría saber dónde está su casita?… cabroncito”.
Para la institución presidencial ya estaba resultando muy desgastante luchar contra el INE, pues ha sido evidente que este instituto es sólido, tiene mucha más credibilidad que la presidencia y que AMLO y por lo tanto el ataque insistente desde las mañaneras no estaba dando el resultado esperado.
De modo que les hacía falta un “toro”, alguien dispuesto a todo, alguien con un buen pretexto, alguien capaz de cualquier cosa, a quien no le pesen o mejor dicho, se le resbalen hasta las acusaciones más serias por los actos más atroces cometidos.
Si la necesidad de la 4T es desestabilizar al INE, este toro les ha venido como anillo al dedo.
El escenario es muy claro y el Tribunal Electoral del Poder Judicial, con todo y lo entregado que está al régimen dejó en firme dos detalles sobre el caso Salgado Macedonio; en su reciente resolución establece que efectivamente Félix Salgado sí hizo precampaña como aspirante a candidato a gobernador de Guerrero y, también establece que no entregó en tiempo y forma los informes que la ley le ordena sobre los ingresos y gastos de esa precampaña.
El INE debe resolver pero sus opciones son limitadas; o aplica lo que dice la ley: que la única consecuencia posible cuando no se entregan esos informes es la negativa de registro; o cede a las presiones de la presidencia imperial y del entregado tribunal y, bajo la justificación de la estabilidad social, vulneran la ley y le otorgan el registro con alguna multa simbólica.
El caso es que a AMLO y a la Cuarta Transformación les conviene que los consejeros electorales vuelvan a negar el registro a Félix Salgado; este sujeto tomará entonces el papel de víctima y convocará a las hordas morenistas a atacar al INE, a tomar sus instalaciones si es preciso, a desestabilizar, a vituperar, a justificar la intervención del gobierno, a que el presidente se asuma ahora si como el guardián de la democracia.
Y lo de menos será que le den después o no la candidatura a Salgado, la 4T saldrá ganando si consiguen perturbar al organismo garante de las elecciones, un INE débil, vapuleado, manipulable, es el objetivo. Controlar las elecciones, controlar el Congreso, controlar el presupuesto es un interés muy superior al de poner al compadre en la gubernatura de Guerrero. El fin justifica los medios.
Por ahora, aunque lo nieguen, la amenaza es evidente, lleva la firma de la 4T, el simbolismo y la imagen son un discurso que no requiere explicaciones ni aclaraciones: Félix Salgado Macedonio, el incondicional y protegido de Andrés Manuel, mostrando ataúdes para los consejeros electorales y declarando en voz alta “Queremos que se vayan al cielo”.
@MCervantesM