Opinión | ¿Un triunfo del pueblo?

Negar el registro como partido político a México Libre, la organización que encabezan Margarita Zavala y Felipe Calderón puede tener consecuencias favorables para México; aunque la decisión del INE es notoriamente ilegal e injusta. Esta es otra de las paradojas a las que nos ha llevado la fuerza de eso que llamamos la Cuarta Transformación.

Aún está por verse lo que resuelvan los magistrados del Tribunal Electoral, sin embargo, si ya la mayoría de los consejeros del INE sucumbieron a la presión presidencial o mejor dicho, si los reciñen designados y algunos de lis que ya estaban cumplieron con su encargo y son funcionales a los caprichos presidenciales, es muy posible que los juzgadores también doblen las manos y se postren ante el poder. Ya vimos como se han valido de amenazas para deshacerse de un ministro de la Corte, como han movido los hilos para ponerle un juez a modo al caso de Rosario Robles para mantenerla encarcelada por venganza y no por justicia; excesos que ni en los peores momentos del priismo fuero tan burdos.

De modo que si el Trife confirma la decisión del INE y México Libre no participa en las elecciones, serán menos las opciones para los fifís, conservadores, adversarios, críticos, opositores, y cualquiera que pueda votar en contra del proyecto obradorista.

El priismo ya se ha visto muy genuflexo ante el poder presidencial; los embates contra personajes emblemáticos de la corrupción en sexenios anteriores parece haber doblegado cualquier posibilidad de oposición real entre los tricolores; de ellos es más fácil esperar que se conviertan en patiños si no es que hasta en aliados o cómplices del morenismo y aunque pudieran simular que son contrarios al gobierno, tienen el ADN de la negociación y de la supervivencia a toda costa. Tienen a su favor muy pocas intenciones de voto en las encuestas, pero algo habrán de restarle a la verdadera oposición.

Desde hace tiempo, el presidente López parece haber dado tregua a los priistas, se lee que a cambio de su sumisión, y ha enfocado las baterías imperiales contra el PAN y sus principales actores. Desde luego que ha logrado restarle simpatías; el presidente no está contribuyendo, sino que encabeza la cruzada contra los blanquiazules, en parque porque sabe que son los que podrían obstaculizar su intención de conseguir el poder total del Congreso en las próximas elecciones, pero también por el evidente rencor que les guarda desde el 2006.

Aún así, existe la posibilidad de una alianza entre PAN y PRD, que sin México Libre que les fragmentara la votación, podrían obtener importantes triunfos electorales. Por eso la obsesión de AMLO por destruirlos.

Y a quienes sí les dio el INE el registro fue a los aliados de López Obrador. No; en política no hay casualidades. Un partido confesional, cuya formación vulnera el laicismo del estado mexicano, pero que cuenta con el favor presidencial y con el visto bueno de los consejeros electorales.

A México Libre le dijeron que no porque “de última hora” habían llegado nuevas quejas que no estaban desahogadas pero que ni siquiera conocían los consejeros. Argumento obviamente insostenible. También les dijeron que no porque recibieron aportaciones a través de una aplicación que supuestamente no muestra la identidad de los donantes. Sabedores de que eso es verificable, agregaron la versión de que la aplicación de marras no debe ser usada para recaudar dinero para partidos políticos; argumento que es una aberración porque México Libre no es un partido político; es una asociación que pretende serlo, pero no un partido.

En todo caso, el los consejeros del INE mostraron dos varas, una muy favorable para os aliados de AMLO y otra, excesiva, para quienes hacen aflorar los traumas y complejos de López Obrador.

@MCervantesM

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