Opinión | ¿Ya se vacunó?

Desde que inició la vacunación en el municipio de Durango, amigos y amigas me preguntaban si ya me había vacunado. Mi respuesta era que no, no salía programado el fraccionamiento donde vivo (Potreros del Refugio).

Así pasaron los días, mis vecinos y yo esperando, nunca salió programado el fraccionamiento, hasta el momento de escribir esta entrega. Me empezaron a enviar mensajes que estaban vacunando sin importar en donde habitaban las personas, no quise ir, temiendo ser regresado sin que me aplicaran la vacuna.

Pero salió el anuncio oficial de que sábado y domingo la vacunación sería abierta, así llegamos, mi esposa y yo, al módulo de las instalaciones de la feria ayer domingo. A la entrada, sin filas, recibimos turno, nos pasaron a un salón techado, después de esperar sentados quizá media hora, nos tomaron signos vitales (presión, oxigenación, temperatura) y algunas preguntas de rutina como: si habíamos tenido COVID, si habíamos recibido alguna vacuna recientemente o trasfusión de sangre, y otra enfermedad que padeciéramos y medicamento que tomábamos etc.

Sin problemas, pasamos al área de registro, donde nos tomaron datos, mostramos documentos y entregaron nuestra constancia; de allí, una espera de veinte minutos para pasar al área de vacunación.

La aplicación de la vacuna quizá en menos de diez minutos, luego, a la sala de recuperación u observación, la cual tardó media hora, enseguida, a casita. En Total, hora y media, lo cual consideramos tiempo más que razonable.

La vacuna sin dolor, un ligero pinchazo y listo. Quien las aplicaba, la mostraba para que no fuera de aire, después de aplicada, las volvían a mostrar las jeringas vacías para que constara que se había aplicado.

El personal responsable del operativo es de la Secretaría de salud, del Ejército Mexicano y de las escuelas de medicina y enfermería de la UJED. Todos en perfecta coordinación, además de recibir un trato cálido. Acceso a los sanitarios y agua para quien los requiriera.

Hay quienes nos expresaron su negativa a vacunarse, unas por temor al piquete, otras por la supuesta reacción que les produciría, otras porque no les da la gana. La vacunación es voluntaria y cada quien es responsable de su decisión.

Los escenarios catastrofistas de la derecha fueron echados por la borda: falso que recogieran la credencial de elector, la cual si se solicitó como identificación. Falso que fueran vacunas de aire, falso que fueran de laboratorios cuestionados, nuestra aplicación fue de vacunas Pfiser, de las mejor calificadas a nivel mundial. Falso que se fueran a tardar meses en aplicarlas.

Es muy difícil desligar la vacunación del proceso electoral, por ello, ante las mentiras de la derecha, y la eficiencia de la realidad, podrían impactar negativamente en la alianza que se estuvo esperando a que todo saliera mal, para atacar.

Es difícil saber qué hubiera pasado en el proceso de vacunación si lo hubiera realizado el modelo político pasado, pero estableceremos algunas supuestos como: Se habría pedido un préstamo super millonario para comprarlas, aparte, se habría concesionado a la iniciativa privada su compra al gobierno y venta al público. Se hubiera cobrado una aportación mínima (cincuenta pesos) de recuperación por persona que nadie sabría a donde irían a parar, obvio pensar que a los bolsillos de los corruptos.

Se habría inducido para que se votara por el partido oficial, y, manipulado electoralmente a los ciudadanos. Esto, dada las mañas añejas de los partidos y políticos del pasado, afortunadamente, nada de esto sucedió. O no.

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