Una mentadita

-Oye we, el sábado me excedí un poquito contigo…-; no te creo ¿Un poquito nada más? Eres un cínico. – Ya we, discúlpame, reconozco que me pase contigo; pero debes entenderlo, estaba emocionado por los 25 años del Periódico y “pu´s”…-; “Pu´s, pu´s”. No se dice pu´s, se dice pues ignorante…; – ya we, en serio, me arrepiento por todo lo que te dije el sábado, pero ya no me estés dice y dice que la regué. Anda. Hagamos las paces. Ya fue suficiente para mí que el fin de semana me aplicaras la ley del hielo. Como diría Quico “Anda di que sí ¿Siiiiii?”.

No lo sé. Voy a pensarlo. Por lo pronto te pido de la manera más atenta que te abstengas de dirigirme la palabra y, mucho menos, vayas a entrometerte en mis publicaciones. – Que gacho eres. Pero está bien, acepto que me equivoqué contigo-; así es. – ¡Ay, así es! Pinche Julián…-; ¿Qué dijiste pedazo de soquete?…; -nada we, dije que eso me pasa por ser un pelafustán -. Más te vale.

Pues hoy mi estimado lector, lejos de estar alegando con El Alter, quiero aprovechar este espacio para comentarle que estamos muy cercanos a que, oficialmente, la primavera haga su arribo y, aunque el clima de unos años para acá, está muy raro, y la temporada de calor aún no se hará presente en su máximo esplendor; pues se anunciaron poco más de 50 frentes fríos y apenas vamos en el 43; por lo que, sin lugar a dudas, esa temporada de guardar suéter y chamarra, aún dista mucho y por lo tanto…; – ¿Neta we? No era choro que querías hablar de la primavera. Neta que vas a desperdiciar un espacio tan importante para estar hablando de la primavera y esas tonterías -.

Óyeme pedazo de animal; te dije que guardaras silencio y me dejaras escribir tranquilamente sin estarte entrometiendo en MI espacio y en MIS temas. – Nel mi cabeza de cerillo. Me vas a disculpar, pero no puedo dejar que desperdicies una oportunidad de oro por tus cursilerías estacionales -. Pues si no te gusta, puedes desaparecerte de mi lado en cualquier momento. Nadie te tiene a la fuerza aquí. – Fíjate que no se va a poder, el que se va a ir eres tú, porque te están tocando la puerta tus amigos Testigos; a ti que te gusta platicar con ellos, órale, vas -. 

Maldito Zángano, ábreme la puerta, es mi recamara, es mi casa; no vayas a agarrar mi computadora otra vez. – Cómo ve usted estimado lector del cabeza de cebolla; perder el tiempo con la primavera. A poco no prefiere que platiquemos de cosas más interesantes. 

Hoy “les voy contar la historia de dos muchachos que en su juventud solían llevar serenata a la misma chica…” perdón, perdón; es que aquel siempre anda cantando esas rolas y me distraje un rato. Les decía que hoy les voy a contar que ahora que mi amo, estuvo enojado, pude detenerme a ver algunas publicaciones que hacen ciertos personajes que alaban y adulan al “prejidente” y que, para acabarla de amolar, ya les ha dado por enviarlas por mensajes de “guas ap”.

Resulta que me llegó un mensaje, a altas horas, con una captura de pantalla en la que pude leer que:”Hablas mal de AMLO, pero tu mamá o tu papá, tu abuelo o abuela, reciben ayuda que tú no les das”.

A ese nivel de ignorancia han llegado. A ese nivel de pendejismo se desenvuelven esas lastimeras criaturas. Pues para empezar, hay que decirles que de eso se empezaron a tratar sus políticas sociales; de por sí, siempre han sido enfocadas a ganar adeptos; pero en este gobierno cuatroteriano, dirigieron sus baterías a hacerle creer a la gente que tenemos un “líder” (aja) lleno de bondad, humanista y muy sensible a las causas difíciles. Nada más falso que eso. Un humanista jamás saca provecho de sus acciones. Y que alguien esté haciendo creer que este ASNLO está dando dinero a la gente nada más porque su “buena voluntad” se lo pide, es perverso y ruin. Pues para empezar, el dinero que está repartiendo a diestra y siniestra, no le pertenece, recordemos que él solamente trae 200 pesos en la cartera. Es dinero del erario, es decir, del que quienes pagan impuestos generan. Pero esa siempre fue la idea, hacer creer que estos cuatroterianos venían a salvar a los más desprotegidos. Falso, falso, falso. No vienen a salvarlos, vienen a generar en ellos una codependencia en ellos de este “supuesto Gobierno” dador; porque sí, es verdad que muchos de ellos puede ser lo único que reciben, pero no porque sus familiares no los ayuden que, dicho sea de paso también, que si alguien no ayuda a sus padres o abuelos, es algo que a ellos les viene importando diez kilómetros de riata. 

Pero veamos cuánto pueden sostenerse así. El dinero no es eterno y no se produce en fotocopiadoras. Este señor hizo mal las cuentas y pronto, muy pronto, nos van a querer cobrar hasta por mentarles su madre, con tal de seguir sacando dinero para seguir haciendo caravana con sombrero ajeno; pues desde hoy les digo que apoyaré a mi amo el cabeza de foco para que siga trabajando duro para que pueda pagar, mínimo, unas cuatro mentaditas de madre diarias a estos mamarrachos.

Ábreme la puerta Zángano. – Madre mía, ahí viene este we, parece que va a tirar la puerta. Es aquí que sigue la canción que empecé a cantar cuando le di una patada en el trasero a aquel para que se saliera de la recamara: “el tiempo los separó, y fue el tiempo el que se encargo de reunirlos otra vez. Y esto fue lo que sucedió al encuentro…” -; mendigo barbaján, de verdad que ya no te aguanto, no entiendo qué pecado cometí para tenerte que soportar de esta manera. – Ya we, deja de corretearme… Lo ven, eso es lo que sucede con estos amigos cada que nos reencontramos después de estar un tiempo sin vernos -. Párate ahí infeliz. Pareces fanatiamlo, tiras la piedra y luego corres. – Nel we, ahí te ves -.

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