Por Lic. Yesica Ruiz Perales
Puede ser que no sea algo muy común escuchar la frase “comer emocional” ya que no asociamos mucho la comida con las emociones; sin embargo, hoy en día sabemos que están totalmente ligados.
Pero veamos cuál es la relación. Si nos ponemos a analizar lo que sentimos cuando comemos es una sensación demasiado agradable, nos provoca felicidad, buen humor y una sensación muy grata. Esto tiene dos explicaciones, la primera de ellas a nivel físico implica a la función cerebral, la cual libera dopamina y serotonina al momento de que comemos y estas hormonas son las causantes de esas sensaciones tan placenteras.
Por otro lado, podemos asociarlo con el bienestar que sentimos en la infancia cuando mamá nos tomaba entre sus brazos para alimentarnos y era completamente seguro y satisfactorio.
Ahora bien, ya que sabemos esto, podemos hablar de lo que significa comer por causas emocionales. En muchas ocasiones los alimentos son utilizados como una herramienta para poder contrarrestar las emociones desagradables, cuando nos sentimos tristes o aburridos es muy frecuente que busquemos algo que comer ya que de esta manera nos sentiremos de mejor de ánimo, aunque esto no sea un efecto permanente y volvamos a sentirnos igual; por supuesto esta conducta se realiza a nivel inconsciente y no de manera intencionada, es por eso que es tan fácil subir de peso para algunas personas deprimidas o ansiosas; ya que al sentir esta sensación de alivio al comer se continúa con esta conducta, repitiéndola lo más frecuente que se pueda en busca de bienestar.
Uno de los riegos de comer emocional es que se va generando un hábito, el cual ya bien establecido va a ser muy difícil quitarlo, generando más estados de ánimo depresivo y ansiosos, y así una cosa va generando la otra y se forma una bolita de nieve que cada vez va siendo más grande, y va acrecentando los problemas de tipo emocional.
Es por esto que debemos de tener cuidado con nuestros hábitos alimenticios, poner atención en si realmente como por hambre o es sólo por sentirme mejor, generar costumbres alimenticias saludables con horarios de comida, haciendo 5 comidas al día: tres con porciones normales y dos colaciones, y claro de vez en cuando darnos nuestros gustos con alguna comida fuera de horario o alimentos que nos encanta comer; pero sobre todo debemos de poner atención a nuestra salud mental.
¿Cómo me siento? ¿Cuál es mi reacción ante los problemas? ¿Como sólo para calmarme o sentirme mejor? Si estas respuestas no son favorables, buscar la ayuda adecuada con profesionales de la salud mental.