En las costas del archipiélago que formaba Europa hace 83 millones de años, se encontró una de las tortugas más grandes de las que se tiene conocimiento, un reptil del tamaño de un automóvil pequeño que desafiaba las aguas peligrosas.
Los investigadores contaron que los restos descubiertos en el noreste de España de una tortuga llamada Leviathanochelys aenigmatica que medía unos 3,7 metros de largo, pesaba algo menos de dos toneladas y vivió durante el periodo Cretácico, el último de la era de los dinosaurios.
Era más pequeña que la tortuga más grande de la actualidad, la tortuga laúd, que puede alcanzar los dos metros de longitud y es conocida por sus maratonianas migraciones marinas.
La Leviathanochelys casi iguala a la mayor tortuga de la que se tiene constancia, la Archelon, que vivió hace unos 70 millones de años y alcanzó unos 4,6 metros de longitud.
Albert Sallés, paleontólogo y coautor del estudio del Instituto Català de Paleontología, un centro de investigación afiliado a la Universidad Autónoma de Barcelona, expresó que “Leviathanochelys era tan larga como un Mini Cooper, mientras que Archelon tenía el mismo tamaño que un Toyota Corolla”.