LPC. Saulo de Jesús Ramírez Cisneros
Siento que el tabaco me relaja, diluye por unos minutos el stress cotidiano. El alcohol pues no se diga…anestesia mis sentidos y me ayuda a divertirme. Me resulta muy difícil hacer ejercicio, llego muy cansado del trabajo, además tengo otras ocupaciones y soy joven aún; no creo que lo necesite. Mi comida favorita son los tacos, sí, de esos que escurren grasita, si son de tripitas mejor, deliciosos y acompañados de su respectivo refresco de cola. Después de un taco, un buen tabaco. Al fin y al cabo, para eso trabajo, para darme mis gustos.
Estoy convencido de que todo lo arriba escrito, es mi vida y son mis decisiones. ¡Ah! olvidaba decir que me gusta desvelarme; no sé por qué, pero por las noches es como si quisiera disipar los pensamientos y emociones del día viendo el face o tik tok, o lo que sea. Me acuesto a las doce y termino durmiéndome hasta las dos. Mañana será otro día, tengo que despertar a las seis para bañarme e ir al trabajo. Y así comienza de nuevo mi rutina… enciendo otro tabaco.
No tengo buenos hábitos porque estoy convencido que no los necesito. Con los que tengo estoy bien. Tengo mis anestésicos diarios. ¿Hacer ejercicio? ¡Qué flojera!, ¿Comer sano? No tengo tiempo de preparar mis alimentos. ¿Dejar el alcohol y el tabaco? ¡Ni pensarlo, qué aburrido!, ¿Dormir temprano? No tendría tiempo de relajarme viendo mis videos favoritos.
Necesitaría convencerme que mis hábitos me hacen daño para poder cambiarlos. Ojalá no tenga que enfermarme para hacerlo. Mi cuerpo es muy noble y mi salud aún resiste, pero ¿Hasta cuándo?
Sé de mucha gente que cambia sus hábitos hasta que terminan al borde de la muerte por un infarto o hasta que les diagnostican diabetes; peor aún… cuando la vida les está cronometrada por un agresivo padecimiento. Pero eso le pasa a los demás, no creo que a mí me pase, aunque en el fondo sé que me engaño.
Quiero ser sincero y expresar lo siguiente: me cuesta crear nuevos hábitos porque soy perezoso y comodín, porque eso de posponer las gratificaciones que me dan los vicios no es para mí. Me cuesta crear nuevos hábitos porque incluso a nivel neurológico ya estoy acostumbrado a hacer lo mismo siempre. Mi cerebro me pide tabaco, alcohol, comida chatarra y tirarme en un sillón. Eso me gratifica, inunda mi cerebro de dopamina, pero nunca es suficiente.
Ojalá supiera que el ejercicio también es gratificante, que la alimentación saludable me hará sentir mucho mejor, que dejar los vicios aumenta mi calidad emocional y mi esperanza de vida. Pero no, aún no estoy convencido. Espero que cuando lo haga no sea demasiado tarde.
¡Que tengas un excelente día!
